Por: Víctor M. Zendejas Orozco*
Empresas españolas de electricidad que sangran el bolsillo del consumidor en aquel país son las mismas que operan en México y a las que el presidente Andrés Manuel López Obrador denunció porque emprendieron una campaña en su contra porque el gobierno federal está poniendo orden en el sector.
En junio pasado el presidente López Obrador se refirió concretamente a Iberdrola de la que acusó: “En el caso de Iberdrola, por qué hablo así, con transparencia, porque tengo información que son ellos quienes están promoviendo esta campaña, nada más que encubiertos”.
De esas empresas dijo: “…ya hemos hablado de que abusaban, que vendían la energía eléctrica muy cara a la Comisión Federal de Electricidad. Se les tenía que dar hasta subsidios y todos esos contratos los obtuvieron mediante influyentismo”.
Se trata de las empresas Endesa, Iberdrola, Repsol, Naturgy y EDP, mismas que controlan el mercado español y son responsables de un alza en el costo de la electricidad al consumidor en España de 500 por ciento.
López Obrador se refirió a ellas como entes que “ven al país como tierra de conquista y abusaron”. Tan redondo, lucrativo y abusivo es el negocio de esas compañías que en el caso de Iberdrola tiene diez plantas de ciclo combinado y cinco de cogeneración en seis estados de la República Mexicana.
También Iberdrola construye cuatro nuevas plantas de ciclo combinado en Baja California, Monterrey y Sinaloa y dos de cogeneración en Querétaro y Tamaulipas y sus inversiones son en miles de millones de dólares.
España ha vivido un proceso de privatización de más de cuarenta años. En México ese esquema se consolidaba cada sexenio con gobiernos neoliberales que mentirosamente prometían mejores servicios y tarifas bajo el pretexto de la privatización de empresas del sector.
Sus mentiras y engaños al pueblo se acabaron con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México y pese a críticas de unos cuantos que aún ven con ojos de corazón romántico a los gobiernos del pasado, el de AMLO sí está poniendo orden.
Si no fuera así, Iberdrola y sus similares le estarían aplaudiendo y sangrando la economía de los hogares mexicanos a diestra y siniestra como en España y parte de Europa bajo el pretexto de un alza en los pecios del gas y de impuestos.
La cuestión de los precios de la energía es también una cuestión de salud pública desde el momento en que un padre de familia entra en shock psicológico al hacer cuentas en su cartera y calcular que no le alcanza el dinero ni para pagar los exorbitantes costos del servicio privado de energía.
*Presidente de la ONG Franature