Por: Víctor M. Zendejas Orozco*
La antítesis de los principios del fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador, tiene su mejor ejemplo entre las diferentes fuerzas de ese partido, algunas arribistas otras oportunistas, en el pujante municipio de Coacalco.
El no mentir, el no traicionar, pero sobre todo el no ser ambiciosos vulgares dio un gran giro y se puso de moda en la imagen de distintos actores que decidieron hacer futurismo a través de miles de lonas colocadas en hogares, comercios y bardas, en un tiempo que no es de campaña.
Algunas o algunos destacan un saludo a la gobernadora, la maestra Delfina Gómez Alvarez, con el claro propósito de ponerse en el centro de su mirada y pensamiento para poder lograr un dedazo de su parte que influya entre los consejeros, quienes finalmente decidirán quién será la candidata o candidato para 2024 por Morena para contender por la alcaldía municipal.
Otras u otros, se dice entre corrillos, ya regañan como gran jefa o jefe a quienes creen son sus vasallos o subalternos haciéndoles creer que están en franca comunicación, para denunciarle cualquier chisme, con la maestra Delfina Gómez y les exigen que saquen la cara por ella o el en cabildo porque su campaña no va en rieles por reglas municipales que les impiden ciertos actos. Pero no tienen el valor cívico de interponer una denuncia ante una instancia oficial correspondiente al caso.
Hay quien, en franca ostentación de recursos económicos poderosos, ha pagado espacios publicitarios dignos de una gran campaña al estilo estatal o federal que llaman la atención en la principal avenida, la José López Portillo, dejándose ver, como diría, López Obrador, como unos “ambiciosos vulgares”.
Los calificativos con los que Andrés Manuel López Obrador ha criticado a sus adversarios cobran carne en correligionarios de sus propio partido en el municipio de Coacalco de manera vergonzosa, a tal grado que en redes sociales sus campañas pagadas son objeto de burlas, con sorna, críticas sobre su pasado administrativo mediocre, su traición a su anterior partido, entre otras, como haber sido parte de la administración anterior de Darwin Eslava, que dejó muy mal parado a Morena con su mediocre gobierno donde la constante fue la total falta de pavimentación y dotación de agua, que mantuvo irritada a la población.
El famoso futurismo político, tan criticado en los años de 1960 o 1970 de la era del partido de carro completo, cuando algún político se salía del redil y tomaba delantera por sus propios arrojos, es un claro reflejo tristemente hoy en Coacalco, con figuras totalmente fuera de toda credibilidad que están quemando, como se dice en la jerga del barrio, cartuchos antes de tiempo.
El oportunismo es a tal nivel que todos esos ambiciosos vulgares pisotean a verdaderos luchadores sociales que han dado horas, días y años de verdadero trabajo comunitario y que han formado colectivos de resistencia y trabajo por la Cuarta Transformación. Como todo mal agradecido que bebe del rio y después le arroja basura, tratan de rebasar al estilo de “por la derecha” toda una trayectoria de verdaderos luchadores, queriendo opacarlos con deslumbrantes mantas.
La gente no les cree, aunque ellos piensen que se ven muy lindos en sus mantas y fotos engañosas de un estilismo hecho con fotoshop.
*Presidente de la ONG Franature