***Siete puntos carreteros en la entidad, incluidos concesionados, pesadillas para los transportistas
***Cada golpe, entre 300 mil y 2 millones de pesos, según estimaciones de empresas
Valle de México, a 27 de febrero del 2022.- Con siete puntos carreteros considerados entre los más inseguros y peligrosos del país, el Estado de México cerró el 2022 como “líder” en materia de delito de robo a transporte público, la mayoría cometido con violencia.
Con ello, la entidad mexiquense sumó su quinto año al hilo y se consolidó en los alto de la relación de robo a transporte de carga, cada uno de los cuales representan pérdidas de entre 300 mil pesos y hasta 2 millones de pesos, según estimación este agrupaciones del ramo.
Entre las carreteras que representan un peligro para el servicio de transporte público de carga están la Avenida Gustavo Baz Prada-El Mirador-Puente de Vigas, en Tlalnepantla; Boulevard Manuel Ávila Camacho, y cuatro puntos ubicados en el municipio de Cuautitlán Izcalli: el entronque con la carretera Lechería-Chamapa, el entronque Circuito Exterior Mexiquense, San Isidro, Avenida Paseos del Bosque y colonia Industrial Cuamatla.
Otro punto “rojo” es el tramo Tepotzotlán-Palmillas, del kilómetro 51 al 53, así como pasando la caseta de Jorobas, en Huehuetoca, desde el kilómetro 58.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica (SESNSP), durante los últimos cinco años, en el 2019 la entidad mexiquense alcanzó su máximo de robos a transportistas, com 5 mil 096 expedientes.
En el 2022 cerró con 4 mil 537 delitos, una reducción de menos 3.41 por ciento respecto del 2021 (4 mil 697), una diferencia de menos 160 casos.
Sin embargo, permaneció en lo alto de la relación de incidencia delictiva en el país, con una diferencia de 192 expedientes en comparación con el año del 2018 (3 mil 345 robos).
De acuerdo con reportes de empresas de seguridad y del servicio de transporte público de carga, los principales objetivos de la delincuencia común y la organizada son las cargas de alimentos y bebidas (47 por ciento), construcción e industrial (7 por ciento) y misceláneas y alcohol, con 6 por ciento y 5 por ciento, respectivamente.
Otros de los “blancos” frecuentes de la delincuencia son las cargas de aparatos electrónicos, químicos, productos del hogar y jardín, farmacéuticos, autopartes, combustible, metales, cuidado personal, ropa y zapatos, incluso ganado.