Por Vidal Ibarra Puig**
La semana pasada presenté una ponencia con este título en el XXXIV Congreso Anual de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI), que se realizó de manera virtual. Dado que gran parte de la población de México continúa sin estar vacunada, los organizadores, atinadamente, no quisieron exponer a posibles contagios ni a los ponentes ni a los asistentes al evento.
Platicamos cómo desde el año 2018, la economía y el comercio internacionales venían a la baja y atinadamente, surge la duda de si el Covid 19 solo agudizó esa tendencia.
Otro aspecto que abordé fue la baja inversión en América Latina, que, como puede observarse en la gráfica es menor que en todas las regiones del mundo ¡pero desde antes de 1990!
Comentamos que las Cadenas Globales de Valor, CGV, que son los procesos de producción fragmentados a nivel mundial, derivado de la crisis, sufrieron una ruptura no solo en la distribución, sino también en la proveeduría: las cadenas de producción se detuvieron en varios casos. Y este problema continúa por ejemplo en los Estados Unidos, donde faltan choferes para mover las mercancías de los muelles.
Retomé un estudio de la Comisión Económica para América Latina, la CEPAL, para destacar que “La prolongación de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha cobrado cerca de un millón y medio de vidas en América Latina y el Caribe y ha dado lugar a más de 44 millones de casos confirmados desde su aparición en la región, en febrero 2020. La región acumula cerca de una quinta parte de los casos confirmados de COVID-19 y alrededor del 30% de las muertes en todo el mundo, a pesar de tener solamente el 8,4% de la población mundial. Las condiciones de vulnerabilidad que caracterizan a América Latina y el Caribe la han hecho especialmente sensible a los efectos de la pandemia. Esta crisis sin precedentes ha dejado en evidencia la centralidad de la salud y el bienestar de las personas y comunidades para el desempeño de las economías y el desarrollo social”.
No podía dejar de señalar que, en el caso de México, entre abril de 2020 y agosto de 2021, se registraron aproximadamente 160.000 contagios de covid-19 en menores de edad, de los cuales 758 perdieron la vida. Y que, a pesar de eso, el gobierno se niega a vacunar a los menores de 18 años.
Mencionamos además, que nuestro país encabeza el nada honroso primer lugar de muertes de personal Médico por la pandemia.
Las conclusiones de nuestra ponencia fueron que:
1. Deberemos de convivir con este virus del Covid 19 y muy probablemente con otros nuevos virus por los daños al planeta, que nos han puesto en contacto con virus que antes estaban aislados en la selva, por ejemplo.
2. Los Déficits en cuenta corriente, o sea el saldo de las transacciones de los países con el exterior, serán moderados.
3. Los Déficits presupuestales, o sea la diferencia entre ingresos y gastos de los gobiernos, tendrán un gran aumento en 2021, pues sobre todo en los países desarrollados, se decidió apoyar a las empresas y a los hogares; situación que prácticamente no se dio en México. Pero se espera se controlen a partir de 2022
4. La Inflación estará bajo control, lo cual, sumado a los puntos 2 y 3, implicará tasas de interés relativamente estables.
5. El comercio internacional repuntará en 2021 y en 2022 se estabilizará.
6. Se espera se den aumentos moderados en los precios de las materias primas (excepto el petróleo, que tendrá un comportamiento errático a la alza).
7. El aumento en las niveles de pobreza extrema, retrasará el proceso de recuperación por la debilidad del mercado interno; sobre todo en los países de América Latina y el Caribe. Estos últimos golpeados muy fuertemente por la crisis, debido a su dependencia del sector turístico, el cual tuvo una muy fuerte disminución.
8. La falta de vacunación, sobre todo en menores de edad, es un gran factor de riesgo para ellos y para toda la sociedad; adicionalmente se añaden más elementos para el retraso en la recuperación económica.
9. Creemos que se dará una relocalización de las CGV, buscando la cercanía cn los grandes centros de producción (EEUU, China, Japón, la UE en menor escala).
10. Y sobre todo: cuidar el planeta. No podemos seguir destruyéndolo.
**Doctor en Relaciones Económicas Internacionales por SciencesPo, París; profesor en el Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco, viipqazc.uam.mx