Por Javier Ortiz de Montellano
El 30 de abril de 2024 fue publicado un importante estudio elaborado por la Rand Corporation, “Las fuentes del dinamismo nacional renovado”, que es parte de una serie de informes encargados por la oficina de Evaluación de Redes del Pentágono para evaluar la posición competitiva de Estados Unidos frente a una China en ascenso.
Este reporte es parte de un estudio más amplio sobre los determinantes sociales de la posición competitiva de una nación, que ha nominado varias cualidades clave que determinan el éxito y el fracaso competitivo de una sociedad.
La investigación se guió por tres grandes preguntas:
¿Qué revela el registro histórico sobre la recuperación nacional tras un declive nacional de largo plazo?
¿Qué factores distinguen los casos de renovación anticipada exitosa de aquellos que fracasan?
3. ¿Estados Unidos está entrando en un período de decadencia y cumple las condiciones previas para una renovación anticipada?
Tras profundizar en el tema que describe a lo largo de 126 páginas, se llega a la conclusión general de que Estados Unidos puede estar entrando en un período que requiere el tipo de renovación nacional anticipatoria que encontraron en varios casos históricos en que las sociedades identificaron desafíos a su dinamismo y posición competitiva y emprendieron reformas sociales, políticas y económicas de amplia base para sostener su poder.
Aclaran que hay dos enfoques, el de la Derecha y el de la Izquierda. Este descenso se está “acelerando”, advierte el estudio. “El problema esencial es visto en términos marcadamente diferentes por diferentes segmentos de la sociedad y grupos de líderes políticos”. Hay una narrativa de decadencia de derechas (optimista, con esperanza de un renacimiento) y otra de izquierdas (catastróficas, sin remedio). Aunque están de acuerdo en que algo está roto en Estados Unidos, ambas partes no están de acuerdo, a menudo en extremo, sobre qué hacer al respecto.
En pocas palabras, Estados Unidos está en declive pero el reporte se inclina por la visión optimista de que puede tener todas las condiciones previas para una agenda potencial de renovación anticipada. Según esto, la política internacional no lo condena a un mayor declive relativo, especialmente en lo que respecta a China (que tiene sus propios problemas a este respecto). Estados Unidos no está en la posición de la Unión Soviética en los años 1980. Tiene enormes fortalezas residuales y una capacidad probada de resiliencia y renovación.
Esto último es importante para el futuro de México, que sin duda seguirá ligado a la evolución o involución de Estados Unidos en el futuro.
Curiosamente, el reciente estudio de la Rand Corporation fue dirigido por el experto internacionalista Michael J. Mazaar, que hace un cuarto de siglo condujo un estudio sobre México como parte del proyecto de investigación sobre Tendencias Globales hacia 2005, del CSIS (Center for Strategic Studies, de Washington), realizado antes de las elecciones presidenciales del 2000 y publicado en español en septiembre del 2000 con el título de ¿Qué Será de México en el 2005? Los Desafíos del Nuevo Milenio.
Mazarr ofrecía entonces los siguientes cinco posibles escenarios para el México de 2005:
1. México democrático
2. Subsistiendo, más o menos igual
3. Perdiendo terreno
4. Vino viejo en botellas nuevas
5. Ingobernabilidad
El México actual parece estar compuesto de una mezcla de los cinco escenarios mencionados, pero en diferentes proporciones. Del democrático tiene varios indicadores, pero no llega a ser una democracia plena y menos en lo económico. En muchos casos, el país parece haber seguido la ruta de ir subsistiendo, de ir llevándola sin tomar acciones para evitar mayores problemas y en otros parece hasta retroceder e ir perdiendo terreno. Incluso se ha dado principalmente el caso de poner el vino viejo en botellas nuevas pues el país no ha podido transformar muchos aspectos del viejo régimen pese a la alternancia. Sin embargo, no se ha llegado a la ingobernabilidad total, aunque sí hay un creciente debilitamiento de la autoridad federal en algunos niveles (excepción de la recaudación fiscal aunque sin elevar las tasas tributarias para ingresos elevados ) y a nivel subnacional en algunas entidades y focalizado en microregiones amenazadas por la delincuencia organizada.
Las diferencias entre los escenarios de entonces y la realidad mexicana actual ameritarían actualizar este ejercicio y al menos preguntarse ¿Qué será de México en el 2030?
Aunque en México sería deseable partir de un diagnóstico lo más objetivo posible y no de dos contrapuestos, el de la “derecha” (hoy en la oposición, en extremo pesimista) y el de la “izquierda” (hoy en el poder, el oficialismo súper optimista ).
En fin, quisiéramos siquiera tener una idea de lo que es México hoy en 2024…antes y después de la crucial elección presidencial y del Congreso el 2 de junio y lo que será tras la elección de noviembre en Estados Unidos.