Por Juan Lázaro Santiago/reporterosenmovimiento.com.
12/12/2023
El hambre y la desesperación fue el detonante para que los comuneros del pueblo de Texcapilla, levantaran sus machetes, palos y viejos rifles para defenderse de una célula de la Familia Michoacana (FM) que controlaba la extorsión en el municipio sureño de Texcaltitlán.
Los campesinos lo único que tenían planeado era negociar con el líder de los criminales conocidos como «El Payaso», que intolerante, no aceptó bajar el costo del «derecho de piso».
En Texcapilla querían seguir pagando la extorsión, aunque en menor cantidad ya que no hubo producción de haba (uno de los alimentos que cosechan).
Pero ante la negativa de «El Payaso» para negociar, vino la desesperación y la violencia.
Nadie en en esa población había planeado una rebelión, nadie sabía lo que iba a ocurrir, todo fue espontáneo y de la nada vino la tragedia.
Los hombres fuertemente armados de la FM no creían que unos harapientos campesinos no le temían al armamento que portaban.
Incrédulos vieron como una mujer inició la agresión contra el líder criminal «El Payaso» y contra un sicario.
A pesar de que los criminales se defendieron accionando sus armas de fuego, no pudieron contra el pueblo enardecido que se defendía con unos machetes y viejos rifles.
El hambre y la desesperación les dieron fuerza para resistir la metralla y no dejar de machetear y golpear a los sicarios.
En ese momento, no pensaron en las consecuencias de despertar la ira de toda la estructura criminal que domina el sur del estado de México.
Después de la tragedia, muchos participantes huyeron con sus familias, no esperaron la reacción de toda la FM y muchos menos que la gobernadora Delfina Gómez, acudiera a Texcapilla a solidarizarse con ellos, con los que no huyeron.
Más nunca recibieron el apoyo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que estaba muy cerca de ellos, en Tejupilco, promoviendo el voto para su partido politico.
¿Qué le costaba a AMLO acudir a apoyar a Texcaltitlán, si estaba acompañado con un enorme convoy militar?
Nada.
Simplemente no quiso, ya que a él solo le interesan los votos y tener una mayoría en el congreso de la Unión.
Delfina Gómez fue a Texcapilla, fue, no por su lealtad a AMLO, sino su solidaridad con los campesinos que quedaron desvalidos, expuestos a una venganza.
Ella fue por su compromiso con el Estado de México y no estar de «quedabien» con su partido político.
Ese gesto de la mandataria estatal es agradecida en Texcaltitlán, quién prometió un cuartel de la Guardia Nacional en el lugar de la tragedia.
¿Pero en qué tiempo? Nada está escrito, los sicarios de la FM quieren venganza y Texcapilla está en constante riesgo.
Delfina Gómez debe ir a otros poblados de Texcaltitlán donde también los labriegos tienen que pagar extorsión, donde las familias viven con el constante miedo.
En sí, todo el sur del Edoméx está «gobernado por la Familia Michoacana» y es tiempo de que la maestra texcocana reciba todo el apoyos de los mexiquenses para empezar a extirpar ese cáncer social que sólo deja muertos, desolación y más hambre en poblados.