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El TLCAN no generó mejores trabajos ni más oportunidades/Arnulfo R. Gómez

Telecé

Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)

Ellos se ríen de mi porque soy diferente

Yo me río de ellos porque todos son igualitos

Anónimo

Durante la celebración de la 86ª Convención Nacional Bancaria, los días 16 y 17 de marzo, en Mérida, Yucatán, Hilary Clinton señaló, correctamente, que el TLCAN no generó mejores trabajos ni más oportunidades en la región.

Sin embargo, no es correcto que el origen de esa ausencia sea la falta de equilibrio pues, el objetivo de dicho Tratado era crear un área de libre comercio en lo que era, y sigue siendo, el mercado más grande del mundo, mediante la integración comercial y productiva de sus miembros.

Para ello, se tuvo en cuenta el diferente nivel de desarrollo de los mismos, por lo que se adoptó un proceso de desgravación arancelaria de acuerdo con las necesidades de los diversos sectores económicos de cada país, así como con el objetivo de aprovechar las ventajas comparativas de cada uno de sus miembros en la producción compartida transfronteriza.

En este sentido, México se veía grandemente favorecido por la enorme ventaja que tenía en la producción manufacturera que Canadá y EEUU ya no podían, pero, que necesitaban realizar, y en la cual habíamos desarrollado una gran “habilidad y destreza” a través de 40 años en que en nuestro territorio se trabajó a través de la maquila, desarrollando algunos sectores industriales y agrícolas en donde el uso de la mano de obra era intensivo

Por eso, Canadá y EEUU nos designaron socio estratégico, elemento que nunca entendieron nuestros altísimos funcionarios y, en lugar de mejorar las condiciones de producción en nuestro país con base en un marco sistémico adecuado, se dedicaron a firmar TLC’s compulsivamente, lo que atomizó nuestras pocas fortalezas y dispersó nuestros reducidos esfuerzos dado que, nunca hubo una estrategia real y coherente para aprovechar la situación tan favorable que se había creado con la firma del TLCAN, como tampoco la hubo con otros países que no resultaban prioritarios y se podrían considerar accesorios.

Comentarios

La “estrategia” adoptada por México de firmar TLC’s, sin pensar que seguíamos siendo maquiladores, sin que hubiera estudios serios sobre las posibilidades que había, a corto y mediano plazo, de mayor desarrollo de la industria y sin que hubiera capacitación adecuada de la mano de obra en función de una integración comercial y productiva, con mayor tecnología y más valor en la producción nacional orientada al mercado interno y al de exportación que nos hiciera más competitivos.

Esta situación la complicaron mucho más, por una apertura comercial basada en una desgravación arancelaria unilateral e indiscriminada que sólo generó una competencia desleal para la planta productiva nacional, lo que provocó un creciente déficit con los países con los que firmamos TLC’s y, mucho peor, con los que no los hemos firmado, pero que, nuestros funcionarios, ya nos amenazaron con firmarlos para “reactivar la economía mexicana”.

Conviene señalar que, como antecedente de un proceso de integración productiva muy exitoso, tenemos el caso de Japón y los llamados Nuevos Países Industrializados (NIC’s Taiwán, Corea, Hong Kong y Singapur), en donde Japón, con procesos de producción de alta tecnología y abundancia de recursos financieros, se convirtió en abastecedor de componentes y de inversión para los NIC’s que, con abundancia de mano de obra, desarrollaron la exportación de productos manufacturados con componentes y capital japonés,

Así mismo, con programas que, crecientemente, añadieron mayor valor en sus productos a través de capacitación intensiva de la mano de obra, la incorporación de tecnología, desarrollo de tecnología nacional y la realización de procesos con mayor valor agregado, abandonando las labores iniciales de ensamble básico y maquila, lo que los convirtió en verdaderos socios comerciales de Japón.

La situación en el TLCAN era similar y, éste, constituía el proyecto más importante para el desarrollo económico de México.

Durante más de 40 años se había establecido un sistema de producción compartida en el que hubo un proceso incipiente de desarrollo industrial basado en la maquila y que, el TLCAN, formalizó esa relación de tal manera que se pensaba que, la facilitación de las operaciones de comercio exterior, a través de la eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, permitiría una mayor integración comercial y productiva.

Aunque las cifras del comercio exterior de México muestran un incremento en el valor del intercambio comercial, en el caso de la exportación hay que señalar que, en 1993, el valor de contenido nacional era de 58.8%, sin embargo, para el año 2019, este porcentaje se estimó en 40%, lo que significa menor valor agregado en nuestro territorio, mismo que ronda en una exportación neta de mexicana de 231,277 millones US para el año 2022.

Por lo que se refiere a la importación, la situación también resulta decepcionante pues, de un total de 77.43% de bienes que, en el año 1996 representaba la compra de bienes e insumos procedentes del T-MEC, en 2022, sólo fue de 46.02%, equivalente a 278,221 millones US.

Sin duda, un proceso que presenta importantes regresiones, mismas que se traducen en la disminución de generación de riqueza en Norteamérica pues, del año 2000 en que el bloque producía el 34.94% de todos los bienes y servicios a nivel mundial, en el año 2021, ya sólo produjo el 27.74% Especial referencia hay que hacer a México pues, durante ese periodo, prácticamente han estado en vigor los TLC’s que nuestros funcionarios han firmado con 54 países, supuestamente para generar más riqueza y más exportaciones, pero, nuestra participación en la generación de riqueza mundial cayó de 1.97% a 1.36%, en tanto que nuestro PIB Per Cápita pasó de estar 21% arriba del PIB Per Cápita Mundial a -19% por debajo del mismo.

Por lo que se refiere a la captación de flujos de Inversión Extranjera, nuestros altísimos funcionarios firmaron 32 APPRIS para incrementarlos, sin embargo, también tenemos una gran decepción pues, aunque se mantiene en un nivel de captación de flujos en dólares promedio, el porcentaje en relación con la IED Mundial se redujo de 4.3% en 1994, primer año de vigencia del TLCAN, a sólo 2.9% en 2020.

Conviene señalar que, en el año 2020, el porcentaje de participación de México se incrementó, a pesar de que el monto de captación fue menor, debido a que el monto total de la IED Mundial se redujo en -35%.

Así, México cayó del 4º lugar que tenía, en 1994, como destino preferido de la IED, al 13º en el 2020.

Conviene señalar que normalmente, al inicio de un sexenio, los flujos de IED hacia México se incrementan por las expectativas que causan los nuevos funcionarios en los mexicanos y en los inversionistas extranjeros, pero, conforme avanza el periodo y se va conociendo mejor a los “funcionarios”, los flujos van disminuyendo por su evidente incapacidad, situación que el Foro Económico Mundial (WEF), ha reiterado señalando la pésima calidad de la instituciones públicas mexicanas y la de sus funcionarios. 

Apuntes finales

El gran problema de México es la reducida competitividad del marco sistémico mismo que, históricamente, ha sido deficiente, motivo por el que no resulta favorable para producir en México y atraer IED.

A continuación, se presenta el desarrollo del nivel de competitividad con el último reporte del Foro Económico Mundial (WEF), correspondiente al año 2019, en donde se constata esta situación que es derivada de un problema estructural de muchos años, mismo que no ha podido ser solucionado porque gran parte de la actividad de las instituciones públicas se realiza bajo un esquema de improvisación y simulación.

Así mismo, hago referencia al Informe 2022 sobre competitividad, del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), que presenta datos actualizados y en el que, de un total de 43 países, México muestra baja competitividad pues se ubicó, en el 37º lugar en el año 2021, debido a la caída que presenta en materia de Economía y Derecho.

En Economía tuvo el mayor retroceso, con una caída de siete posiciones, lo que se explica por el aumento en la inflación, la disminución de reservas internacionales y en la libertad económica.

En Derecho retrocedió debido a un deterioro en la independencia del Poder Judicial y a un peor desempeño en el índice de Estado de Derecho.

Como una referencia muy especial en relación con el sector exportador y el Estado de Derecho, hay que señalar que los productores de numerosos bienes, especialmente de origen agrícola, son acosados en sus lugares de producción con el esquema de derecho de piso y que, el acceso a las aduanas de salida cada día es más difícil por el control que la delincuencia realiza en esas áreas, también extorsionando a los transportistas, inclusive, en sus patios de maniobra.

Hoy, que se presenta una nueva oportunidad para México con la reestructuración del comercio internacional y la incidencia del nearshoring en este proceso, es necesario que México ofrezca mejores condiciones para la producción en nuestro territorio, realizando cambios positivos en el marco sistémico y definiendo una estrategia integral que comprenda competitividad y fomento industrial, así como una reestructuración de la promoción de las exportaciones y la inversión extranjera directa, con programas, proyectos y políticas públicas realistas, con especial referencia al tema de seguridad.