Especiales, Opinión

El Virus de la Inflación, la trama se complica: Hacienda, ¡tenemos una bronca…mundial!/Javier Ortiz de Montellano

Historia de la inflación

Por Javier Ortiz de Montellano 

“Houston, TENEMOS UN PROBLEMA”, la frase etiquetó el mensaje con el que el astronauta John Swigert avisó al centro de control en Houston sobre la avería de la nave misión Apolo 13 en un vuelo espacial en 1970. 

En realidad Swigert nunca dijo “tenemos un problema”, sino más bien “hemos tenido un problema”, pero sobre la verdad histórica se impuso la versión de la película de 1995 de Hollywood. Desde entonces, la frase se ha popularizado, usándose para dar cuenta —de manera informal— del surgimiento de un problema imprevisto.

México, ¡hemos tenido un problema…de inflación, desde Echeverría!

I. Penúltimo Canto de los Cisnes “Revolucionarios”

La frase se refiere a la antigua creencia de que los cisnes cantan una bella canción en el momento justo antes de morir.

La inflación es como un virus…nadie sabe bien a bien su origen, pero todos saben cuando les pega.

Y como el virus, la inflación es cambiante. Las teorías explicativas puede agruparse en tres tipos: las que consideran que el origen de la inflación se debe a un exceso de demanda (Inflación de Demanda); las que consideran que los problemas se originan por el lado de la oferta (Inflación de Costos); y las que consideran que la causa de la inflación está en los desajustes sociales (Inflación Estructural).

En cada caso la situación obedece a un contexto más amplio, pero expondremos lo esencial de cada caso para México desde 1970 hasta la fecha.

La Tragicomedia del Caso Echeverría: sembró el huevo de la serpiente inflacionaria

Podemos decir que ante la desaceleración de la economía mexicana en 1971 por problemas de déficit comercial y de cuenta corriente en la balanza de pagos (agotamiento del modelo de sustitución de importaciones), para impulsar la economía el Presidente Echeverría ordenó en 1972 el aumento en la emisión de billetes y monedas (Inflación de demanda), ya que entonces el Banco de México no gozaba de autonomía. 

Luis Echeverría Álvarez.

Tras el primer embargo petrolero por parte de la OPEP (Organización de Productores y Exportadores de Petróleo) que elevó el precio mundial del crudo, Echeverría intensificó la exploración de petróleo y para ello incurrió en un elevado endeudamiento externo que atizó la inflación (las divisas convertidas a pesos incrementaron la demanda vía excesivo gasto público). Luego se convirtió en una carrera de aumentos de salarios-precios (inflación de costos y desajustes sociales) y, finalmente, en la devaluación de 1976, tras 22 años de estabilidad cambiaria, que ante una inflación de 27.20% en ese año llevaría al final del sexenio a firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para eludir la quiebra financiera del país y poder cumplir con el servicio de la deuda externa, a fin de evitar mayores turbulencias y el contagio mundial.

El Pavoroso Caso de López Portillo: Mató a la gallina de los huevos de oro

López Portillo pidió dos años para consolidar la economía y abatir la inflación, lo cual logró reducir un poco en 1977 ( a 20.66% con un crecimiento económico de 3.39%) y en 1978 (a 16.17%, pero ya con un crecimiento acelerado de 8.96% al saltarse la etapa de recuperación a la del crecimiento acelerado).

José López Portillo y Pacheco.

La adelantada aceleración del crecimiento económico desde el segundo año del gobierno  de López Portillo se basó en el fortuito hallazgo del rico yacimiento petrolero de Cantarell, que en 1979 permitió a México comenzar a exportar grandes cantidades del crudo. Aunado al segundo embargo de la OPEP en 1978, que triplicó los precios internacionales del petróleo, el gobierno de López Portillo obtuvo divisas que le permitieron el prepago del préstamo del FMI y librarse de los “candados” de política monetaria y fiscal que había firmado. Envalentonado por el ingreso petrolero López Portillo se negó a abrir la economía. Además, para colmo de males, México reinició el exagerado endeudamiento externo (“locura” que contagió al sector privado), lo cual reinició la inflación que llegó al 30% en 1980 y 1981 y tras el descenso gradual del precio internacional del petróleo en 1980 y 1981 se desembocó en la hecatombe de final de sexenio en 1982: el aumento de precios registró el 98.95%, con cero crecimiento económico para todo el sexenio. El gobierno expropió la Banca Privada y se declaró insolvente para cubrir sus compromisos de deuda externa.

II. Los Pavos Neoliberales: Sexenios de De la Madrid, Salinas y Zedillo y el desastroso Efecto Tequila que acabó con la “Dictadura Perfecta”

De la Madrid heredó un mayúsculo desastre financiero, una banca estatizada, un país quebrado, montado en una ola hiperinflacionaria con cero crecimiento y devaluaciones recurrentes, una planta industrial improductiva, un sector empresarial súper endeudado y resentido contra el gobierno, los mercados distorsionados, la población empobrecida y desencantada, por no hablar de la expansión de la economía informal y la agudización de las actividades delincuenciales, y un largo etcétera negativo que incluyó el gran temblor de 1985 y el desplome del precio Internacional del petróleo en 1986 que llevó a una hiperinflación (105% en 1986 y 159% en 1987). No fue sino hasta que esas calamidades ocurrieron que México decidió entrar al GATT (Acuerdo General de Tarifas y Aranceles) y abrir la economía para sentar las bases de un modelo exportador. Aunado a ello, en diciembre de 1987 se acordó el Pacto de Solidaridad Económica, que logró reducir la inflación en 1988 al 52% y reafirmar en el poder al régimen por otro sexenio.

Miguel de la Madrid Hurtado.

 Como empezó Salinas terminó su mandato, cuestionado por la Insurrección (Neo) Zapatista en Chiapas, con el asesinato de Colosio y una fuga de capitales por parte de inversionistas extranjeros. Para  contenerla se recurrió a los Tesobonos -instrumentos financieros de Deuda Pública que el Gobierno colocaba en el mercado nacional, para obtener financiamiento y al mismo tiempo ofrecía al inversionista cobertura cambiaria. Los Tesobonos llegaron a sumar 30 mil millones de dólares y al entregar Salinas la banda presidencial a Zedillo solamente había 12 mil millones de reservas monetarias: ¡otro default!, que llamaron el “ Error de diciembre”, aunque la serie de “errores, omisiones y asesinatos” venía de meses si no de años atrás. La Banca estatizada que Salinas había reprivatizado, fue muy mal manejada y los nuevos y novatos compradores nacionales no se dieron cuenta hasta que fue muy tarde y sobrevino la catástrofe financiera que los hizo perder sus recién adquiridos bancos.

Heredero accidental de Salinas, Zedillo heredó con ello un montón de problemas. Tras un inicio desastroso, con una caída de -6.7% en la economía y un repunte inflacionario a 52% anual por la macrodevaluación, el gobierno de Zedillo fue a final de cuentas rescatado por un préstamo de 50 mil millones de dólares que autorizó directamente el Presidente Clinton. La banca mexicana pasó prácticamente en su totalidad a ser propiedad de extranjeros.

Carlos Salinas de Gortari/Ernesto Zedillo Ponce de León.

El sexenio de Zedillo gozó del despegue del Tratado de Libre Comercio y del auge económico del periodo de Clinton, que con un peso sumamente subvaluado favoreció las exportaciones mexicanas. La autonomía que en abril de 1994 se aprobó para el Banco de México logró que después del desastroso inicio se lograra una relativa estabilidad cambiaria dentro de un régimen de flotación y de reducción de la inflación, a 9% al final de su sexenio.

III. El Zorro y el Cuervo que se creían Gallos y resultaron novatos polluelos: Fox y Calderón 

Con el alboroto que causó la alternancia política al iniciar el milenio con la victoria electoral del panista Vicente Fox, pocos recuerdan que a la buena fortuna del candidato no le acompañó la suerte ni el buen tino como Presidente. La economía mexicana cayó -0.4 en 2001 y -0.04% en 2002, a pesar de que en Estados Unidos se registraron crecimientos de 1 y 1.7% en esos mismos años.

 Así es que en los dos primeros años de Fox, que no cargó con el fardo de una pandemia ni una recesión mundial, defraudó las esperanzas de su electorado y de toda la nación. Ciertamente, se redujo la tasa de inflación, pero eso no fue más mérito que del Banco Central y en parte atribuible también a la propia recesión. Mantuvo una relativa estabilidad de la paridad cambiaria, pero incrementó mucho la deuda interna, aunque no la externa, gracias al repunte de los precios del petróleo exportado mexicano que aumentó de 18.61 dólares en 2001 a 53 dólares en 2006, aunque a partir de 2005 la producción de petróleo comenzó a disminuir por la sobreexplotación que Fox hizo del yacimiento de Cantarell.

Vicente Fox Quesada/Enrique Peña Nieto/Felipe Calderón Hinojosa

Calderón hizo lo mismo y peor, duplicó la deuda interna y reinició el aumento de la deuda externa, a pesar de que su gobierno obtuvo mayores ingresos por exportación de petróleo debido a que el precio subió a más de 100 dólares el barril. 

Ambos sexenios mantuvieron la relativa estabilidad de precios y de la paridad cambiaria dentro de un margen razonable de flotación.

En cuanto a crecimiento económico, Calderón tuvo la mala suerte a mediados del sexenio de que le tocó el crac bursátil y la Gran Recesión de 2008-2009, que provocó una caída de -5.29% en 2009, por lo que su crecimiento anual promedio en el sexenio fue inferior (1.70%) al alcanzado por Fox (1.94%).

IV. ¿Último Canto del Cisne? : Peña Nieto, resurgimiento y decadencia del viejo régimen 

Pese a no tener ningún gran contratiempo, ni electoral ni de factores externos negativos, salvo los bajos precios del petróleo de exportación, pues pasaron de 98.96 dólares el barril en 2013 a 35.77 dólares en 2016 aunque luego repuntaron a 61.71 dólares en 2018, el sexenio de Peña Nieto fue igualmente decepcionante en cuanto a crecimiento económico (2.4% en promedio anualmente). Sobre todo, porque al igual que Fox y Calderón, Peña Nieto incrementó fuertemente tanto la deuda interna como la externa.

El tipo de cambio sí se movió, de 13 pesos por dólar en 2013 a casi 20 pesos al final de su sexenio, una devaluación de 51 %, pesar de que la inflación fue prácticamente igual o ligeramente menor que las tasas alcanzadas por Fox y Calderón (28% para cada sexenio).

V. El Caso del Ganso que resultó un persistente Gallo de Pelea y no el Cisne que algunos esperaban: el caso de López Obrador

 La fábula de Esopo titulada «El cisne y el ganso» incorpora la leyenda de cuando se confunde a un cisne con un ganso, pero luego se lo reconoce por su canto. Es la historia de un cisne que nace en un corral de patos. Ridiculizado por ser diferente donde quiera que va tropieza con la misma incomprensión. Los patos le daban picotazos, los pavos le perseguían y los gallos se burlaban de él hasta que al fin convence a la mayoría y se convierte en una admirada criatura, aunque algunos lo siguen odiando. La fabula trae la esperanza de que esas diferencias, en lugar de ser defectos, pueden ser cualidades especiales que el futuro premiará.

Cuando en diciembre de 2018 López Obrador llega a la anhelada Presidencia se topa con la realidad. En 2019, el primer año de su gobierno, decrece el Producto Interno Bruto (-0.18%). Se suma la mala suerte para los mexicanos (y el mundo) y en el segundo año irrumpe la pandemia y cae la economía mexicana -8.2%. En Estados Unidos el PIB crece 2.2% en 2019 y por la pandemia cae sólo 3.5 % en 2020, gracias a las cuantiosas ayudas y apoyos monetarios gubernamentales a la población y a empresas y bancos.

La inflación en Mexico se mantuvo baja en los dos primeros años del gobierno de López Obrador, 2.83% en 2019 y 3.15% en 2020 a pesar de los substanciales aumentos a los salarios mínimos desde el inicio de su Gobierno. En Estados Unidos igualmente la inflación se mantiene bajo control hasta que se empieza a levantar el confinamiento por la pandemia en 2021 y sube la demanda que impulsa la recuperación gradual de la economía (inflación de demanda y de costos, por las fallas en las cadenas de suministros). Lo mismo sucedió en Mexico, que registró una tasa de 7.35% y de 7% en Estados Unidos. Y en ambos países la inflación se acelera en 2022, especialmente a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania que trastoca los Mercados, especialmente el de los energéticos y los de las materias primas y cereales básicos.

Para México, el precio Internacional del petróleo pasó de 62 dólares por barril en 2018 a 56 dólares en 2019 y cayó a 35 dólares en 2020, pero repuntó a 71 dólares en 2021, y a más de 100 dólares en lo que va de 2022. Esta caída perjudicó el saneamiento de las finanzas de Pemex en los dos primeros años, pero ha ayudado desde que el precio del petróleo exportado se ha estado recuperando desde 2021 y lo que va de 2022. Sin embargo, como se importan casi la mitad de las gasolinas que se consumen en el país, el gobierno de López Obrador ha mantenido prácticamente inalterado el precio, subsidiado por las finanzas públicas (se estima pata 2022 en alrededor de 400 mil millones de pesos el sacrificio fiscal para mantener estable el precio de las gasolinas). 

Para el primer trimestre de este año la economía mexicana creció apenas a un ritmo anual de 1.6%. En Estados Unidos cayó -1.4%. La inflación ha forzado a los Bancos Centrales a subir las tasas de interés, lo que desalienta el consumo, la inversión y, por ende, la recuperación económica y los mercados bursátiles (en los primeros cuatro meses de 2022 la Bolsa de Wall Street cayó 13% y la Bolsa Mexicana descendió 6%). ¿Próximo crac?

La trama se complica. Una bandada multicolor de Cisnes inesperados ha acompañado al Cisne Negro de la Pandemia, al Cisne Rojo de la guerra de Rusia, el Cisne Verde de los desastres climáticos, etc. ¿De qué color será el próximo Cisne sorpresa? 

En fin, hay que vivir para esperar lo inesperado, cisne, pavo o gallo..o ganso.

Me canso Ganso.