Por: Víctor M. Zendejas Orozco*
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no debe perder de vista que su país, forjado con oleadas de inmigrantes, requiere de un vecino, México, fuerte, estable y en paz, para poder hacer frente a los embates de otras potencias económicas y militares que, incluso, ya le llevan la delantera en algunos rubros como el militar.
Debe recordar también, que de no haber tenido el apoyo de México durante la Segunda Guerra Mundial, en petróleo, mano de obra de trabajadores agrícolas y obreros, muy difícilmente hubiera podido coadyuvar en la derrota del régimen nazi de Adolfo Hitler.
México firmó en ese entonces con el país de las barras y las estrellas el acuerdo denominado Programa Bracero que permitió a trabajadores mexicanos desempeñarse en el país vecino de manera legal entre 1942 y 1964.
El programa se implementó para atender la escasez de trabajadores agrícolas en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial ya que miles de ciudadanos estadunidenses tuvieron que partir a combatir al régimen nazi.
Dado que Estados Unidos invierte un enorme presupuesto en guerras no está exento de grandes derrotas, como la de Vietnam y de un desfalco de su economía, la más endeudada del mundo, por lo que siempre necesitará de la mano de obra barata, principalmente de inmigrantes latinoamericanos que, como lo dijo la obispa Mariann Edgar Budde ante el mismo Trump durante un oficio religioso, no son delincuentes.
*Presidente de la ONG Franature