Especiales, Opinión

¿Fase ascendente del cIclo económico mundial actual, 2009-2034?/Javier Ortiz de Montellano

El Quinto Kondratiev

Por Javier Ortiz de Montellano 

En el interesante libro “El capitalismo del quinto Kondratiev”, recién salido del horno del Fondo de Cultura Económica en marzo de este año, Miguel Ángel Rivera Ríos y varios de sus colegas de la UNAM analizan la teoría económica de las ondas largas, cuyo estudio inició el ruso Nicolai Kondratiev y en su honor se les denomina Ciclos Kondratiev.

Aquí nos interesa saber que la fase actual del capitalismo global está inmersa en una onda larga que los expertos clasifican como el quinto Kondratiev (VK), que estiman inició después de 2009, tras la crisis de la Gran Recesión de 2008 que cerró el cuarto ciclo Kondratiev (1958-1982 fase expansión 1983-2008 fase contracción).

Ciclo III K

1908-1932 fase expansión 

1933-1957 fase contracción 

Ciclo IVK

1958-1982 fase expansión 

1983-2008 fase contracción 

Ciclo VK

2009-2034? fase expansión 

Puede parecer extraño que se considere fase de expansión lo ocurrido en la economía mundial en los últimos 14 años, pero hay que tener en cuenta el desacople mundial que provocó la Crisis Sanitaria del COVID-19 en el ciclo económico. Una onda larga puede acortar o prolongar su duración, según interfieren fenómenos extraeconómicos, como lo pueden ser las pandemias, las crisis ecológicas o las guerras globales, parte de lo que se define, a su vez, como el ciclo de poder mundial (lucha por la hegemonía mundial, actualmente entre China y Estados Unidos, que el COVID-19 aceleró).

Está sucediendo una Revolución Industrial, que es más que la mera revolución tecnológica, pues lo decisivo es su traducción en transformaciones de amplio alcance en la esfera de la producción y la vida social; ese impacto da origen a sucesivos regímenes de producción como lo fue el fordista y el actual de la manufactura flexible en redes que se está redefiniendo a partir de la desglobalización acentuada por la pandemia, especialmente por Estados Unidos respecto a China.

Cabe hablar propiamente de revoluciones industriales que llevan consigo junto con los cambios radicales de tecnología y diferentes formas de proyección en la producción, en los mercados, así como en el crédito, la fuerza laboral y las instituciones, un nuevo sentido común (que con esta transformación rompe con el sentido común existente). El “sentido común” es el conjunto compartido de creencias y criterio presentes en nuestras preferencias y actitudes, que le dan un común sentido al mundo que tienen la mayoría de los miembros de la sociedad y, por tanto, lo que la mantiene cohesionada a largo plazo.

En la actualidad, la revolución  tecnológica, en forma de racimos de innovaciones, juega un gran papel en la expansión y contracción económica de largo plazo. Pero no aisladamente, sino en el interior de su estructura social, sujeta a las intensas inversiones periódicas que se traducen en transformaciones de amplio alcance en la esfera de la producción y la vida social. Lo que más cuenta es la interacción de la tecnología en el interior de la estructura social, entre los factores tecnoproductivos y la estructura socioinstitucional.

Por ejemplo, las Tecnologías de la Información y de la Comunicación constituyen el eje de la actual Tercera Revolución Industrial y son el sustento del Paradigma Tecnoeconómico digital (el paradigma digital se instala con la dupla microprocesador-computadora personal), dando paso al actual ciclo de larga duración: de aproximadamente alrededor de 60 ańos (25-30 de fase ascendente y más o menos igual periodo de fase descendente), pero hay una extensión irregular de las ondas largas, unas más extendidas que otras.

Una onda larga puede acortar o prolongar su duración, en la que ciertamente interfieren las guerras globales, parte de lo que se define, a su vez, como el ciclo de poder mundial (lucha por la hegemonía mundial, actualmente entre China y Estados Unidos). 

Además, el economista Nouriel Roubini, famoso por su predicción sobre la crisis inmobiliaria y la Gran Recesión de 2008, advierte sobre no menos de diez amenazas superpuestas e interconectadas que son tan graves que él las llama Megamenazas. Desde la peor crisis de la deuda que el mundo haya visto jamás, hasta gobiernos que inyectan demasiado dinero, fronteras bloqueadas para los trabajadores y muchos envíos de mercancías, hasta el surgimiento de una nueva competencia de superpotencias entre China y EE. UU., hasta el cambio climático. que golpea directamente a nuestras ciudades más pobladas, nos enfrentamos no a una, ni a dos, sino a diez causas de desastre. Existe una pequeña posibilidad de que se puedan evitar, pero no sin grandes dificultades que pueden hacer cambiar el futuro de la humanidad.

Megamenazas

  1.Deuda acumulada y trampas de deuda

  2. Dinero fácil y crisis financieras

  1. Inteligencia Artificial y automatización laboral
  2. Desglobalización 
  3. Conflictos geopolíticos 
  4. Inflación y estanflación
  5. Devaluaciones
  6. Desigualdad de ingresos y populismo 
  7. Pandemias globales
  8. Cambio climático

El paso de la onda ascendente a la descendente se caracteriza también por el paso de un régimen de rentabilidad capitalista favorable a otro desfavorable (baja la tasa de ganancia, rendimientos decrecientes de la inversión). En ese contexto se sitúan las relaciones de clase en términos de confrontación/cooperación entre trabajo y capital, esto último está sucediendo notablemente en Estados Unidos.

Recordemos que en el curso del cuarto ciclo Kondratiev (1958-1982 fase expansión, 1983-2008 fase contracción, total de 50 años) una vez que comenzó a declinar el ritmo de la productividad y, con ello, la rentabilidad capitalista, se dió un giro hacia el liberalismo económico, para desmantelar las bases del Estado Benefactor (época iniciada por la Primer Ministra Thatcher en Inglaterra y el,Presidente Ronald Reagan en Estados Unidos). Ese reacomodo estuvo relacionado con el declive de la hegemonía estadounidense, que buscó recuperar competencia mundial y fortalecer el dólar, para lo cual en 1982 la Reserva Federal elevó las tasas de interés propiciando un repunte de la formación bruta de capital. 

Cabe hacer notar cómo Mexico pasó por esas mismas alzas y bajas del ciclo mundial y en especial el de Estados Unidos,  aunque siempre con un marco socioinstitucional propio. Cuando empieza el IV ciclo Kondratiev, de 1958-1982 fase expansión, en Mexico en 1958 se inicia coincidentemente el llamado “Milagro Económico” (crecimiento promedio anual del PIB de 6%, con precios estables aumentando 3% al año, etc), pero con el “accidente histórico” llamado Echeverría, surgieron problemas en el modelo económico mexicano basado en la sustitución de importaciones, que se atenuaron con el auge de la exportación petrolera, pero se agravaron con el brutal aumento de la deuda externa, que llevó a la quiebra del país en 1982, que coincidió con la fase descendente del ciclo mundial 1983-2008 fase contracción.

La crisis bursátil (empresas punto.com) de 2001 de Estados Unidos estaba enraizada en su Marco Socioinstitucional vigente que a partir de noviembre de 1999 derogó la Ley Bancaria Glass-Steagall que permitió nuevamente que los bancos pudieran participar en los mercados de Valores (en 1933 se había prohibido por considerar que había sido una causa importante de la exagerada especulación bursátil que condujo al crac y a la Gran Depresión de los años Treinta). Esa desregulación condujo a la debacle financiera que estalló en 2008, terminando la fase descendente del IV K. Después de 2008, el declive estadounidense es mayor y su política se vuelve errática, apuntando a romper la alianza con la República Popular China, su socio transitorio en la globalización.

La confrontación que se da entre la potencia declinante (EU) y la ascendente (China) da lugar al desacople de esta onda larga, todavía de extensión indefinida (2009-2034? fase expansión  y ¿la fase descendente de 2035 a 2060?).

En la actualidad, las Tecnologías de Información y Comunicación continúan su avance, pero este depende de su rentabilidad y está enmarcada en conflictos sociales agudizados en años recientes. En el contexto de la posibilidad de una recesión evitada artificialmente con las gigantescas transferencias monetarias del gobierno a la población, sobre todo en Estados Unidos, pero ante la aparición de un fuerte brote inflacionario al abrirse la economía en la postpandemia, la Reserva Federal de Estados Unidos ha procedido a elevar gradual pero sustancialmente las tasas de interés, obligando al resto del mundo a hacer lo mismo, debilitando el crecimiento económico. En este contexto, el Capital intenta traspasar esa barrera pero, al coincidir con otro ciclo largo, el del Poder Global, se añaden los conflictos geopolíticos derivados del posible relevo futuro de la potencia líder (EU), notablemente con China, pero también los periféricos como el de Rusia con Ucrania, etc.

Esta difícil onda expansiva ha tenido su centro dinámico en el capitalismo estadounidense, originador y líder de la tecnología digital y de redes. Este quinto ciclo Kondratiev presenta limitaciones de amplitud y ritmo que han resultado en una baja prematura del desempeño de la productividad. 

La debilidad del quinto Kondratiev no se debe, sin embargo, a un problema de agotamiento tecnológico, sino a una precaria sustentación socio-política e institucional en el país hegemónico que es todavía Estados Unidos. Lo anterior significa que los monopolios digitales estadounidenses apoyados, en la peculiar institucionalidad de ese país, concentran los beneficios económicos, provocando efectos generales de exclusión y marginación social (enorme concentración del ingreso y mayor pobreza, con las notables excepciones parciales de India y, tal vez, México en los últimos años).

El único competidor de EEUU por la hegemonía mundial parece ser la República Popular de China, que ha logrado crear con éxito una economía digital, que en el lapso de una década podría disputar la hegemonía al actual país líder. Esa lucha competitiva, que no sólo es comercial sino político-institucional, determinará si el quinto Kondratiev experimenta un repunte, muta en otro Kondratiev basado en la inteligencia artificial o se abre un prolongado periodo de indefinición e inestabilidad global acentuada.

La dinámica del quinto Kondratiev (VK) o la posible emergencia de un sexto, quedará determinada principalmente por el curso que siga el ciclo hegemónico, es decir, el cambio en la estructura de poder mundial.