Por Javier Ortiz de Montellano
Las Guerras Judiciales-Mediáticas son la continuación de la Política por otros medios…
Al igual que en gran parte del mundo la judicialización de la sociedad mexicana está siendo cada vez más aplicada para intentar modificar el tablero político, mediante lo que se denomina el Lawfare o Guerra Judicial.
Este fenómeno no es nada nuevo y en México el poder judicial desde siempre fue un arma de intervención directa en los asuntos políticos internos, al servicio de los intereses de las oligarquías y fuerzas conservadoras foráneas y locales o de autócratas y dictadores que jamás respetaron la división de poderes.
Lo que es nuevo es la intensidad con que se vive recientemente el fenómeno, no sólo por el acostumbrado abuso del corrupto aparato judicial, sino por el intenso uso que actualmente le facilita la maquiavélica combinación con la manipulación de la opinión operada por la gran cantidad y diversidad de medios de comunicación. Esta bendita o maldita abundancia la permite el extraordinario desarrollo de las tecnologías de la Información y Comunicación unificadas (gracias a la integración de las telecomunicaciones de líneas telefónicas y señales inalámbricas y las computadoras así como el software necesario, que permite a los usuarios acceder, almacenar, transmitir y manipular información).
Cualquier impugnación, verdadera o falsa, puede traducirse en parte de una lucha legal y viceversa, cualquier asunto legal puede convertirse en revelación mediática, frecuentemente llevada hasta el escándalo.
Esta modalidad constituye -como estrategia de poder-, una forma de Guerra Judicial-Mediática que cada vez se utiliza más como parte de la batalla entre los movimientos progresistas y las fuerzas conservadoras o francamente reaccionarias, por los destinos del país y los modos de vida de sus habitantes.
En términos periodísticos-amarillistas podríamos decir que se ha pasado de la gran Disputa por la Nación a la “Disputa por la Mansión…”, fake news o emblemática revelación mediática de innumerables pequeñas o grandes disputas que ocurren en la actualidad, diariamente en los juzgados o en los medios de comunicación (el poder de la imagen).
En un movimiento “circular”, a veces primero se litiga un determinado asunto en los medios o viceversa, se da una denuncia, querella o “noticia criminosa” y se reproduce y comenta posteriormente en los medios. No es raro que en esta era de la comunicación instantánea se den ambos fenómenos “en tiempo real”.
El desplazamiento en curso de las fuerzas conservadoras y la reacción de éstas acontecida en los últimos años está modificando el tablero politico de Mexico. Para simplificar se le llama Polarización, pero en la cotidianidad es una batalla “cultural” donde el lenguaje y los medios de comunicación son el principal elemento de lucha (aparte de las “batallas” físicas mortales que al son de las balas perpetra la delincuencia organizada o las escaramuzas a veces desgraciadamente también fatales en los estadios, las calles o las propias casas de periodistas y particulares).
De todas maneras, desde la “Mañanera” de Palacio Nacional hasta la más distante plaza del país, las Guerras Judiciales-Mediáticas son la continuación de la Política por otros medios…