Por Javier Ortiz de Montellano
La “Ilustración Oscura”, también conocida simplemente como neoreacción, es un movimiento antidemocrático y reaccionario que se considera a sí mismo como la antítesis de la Ilustración (movimiento que nació a mediados del siglo 18, con la finalidad de “disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón”).
En contraposición, la Ilustración Oscura fue adelantada en 2007 por Curtis Yarvin, “científico” informático estadounidense, escribiendo bajo el seudónimo de Mencius Moldbug. Este esbozó lo que se convertiría en el pensamiento de la iluminación oscura. Las teorías de Yarvin fueron más tarde el tema del escritor y filósofo inglés Nick Land, quien acuñó el término “Ilustración Oscura” en su ensayo del mismo nombre.
Yarvin originalmente había llamado formalismo a su ideología, pero un economista usó el término “Los Neoreaccionarios” como un sustantivo en 2010 para describir a Moldbug y sus compañeros. Los neoreaccionarios a menudo han rechazado las solicitudes de entrevistas de los periodistas, explicando que los periodistas, como fabricantes de consensos, son su enemigo mortal. Cuando se intentó entrevistar a los líderes neoreaccionarios, Yarvin sugirió que en cambio “hablara directamente con mi líder de célula / vocero”, una referencia sarcástica a los rumores ampliamente difundidos pero no confirmados de que Yarvin tenía vínculos con el estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, el ex-asesor de Trump.
El ultraderechista Steve Bannon, que fue asesor del expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021), fue considerado culpable de desacato al Congreso tras haberse negado a comparecer ante el comité que investiga el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio. A pesar de ello, Bannon ha estado reclutando gente que rechaza la legitimidad de las últimas elecciones para que se presenten como funcionarios de elecciones en noviembre de 2022.
El movimiento neoreaccionario favorece el retorno a construcciones sociales y formas de gobierno propias del Antiguo Régimen como el monarquismo y el cameralismo (sistema político en el que las asambleas predominan sobre el poder ejecutivo).
Sus defensores en general también apoyan puntos de vista socialmente conservadores sobre temas como el papel de los géneros, las relaciones raciales y la migración.
Los neoreaccionarios tienen la influencia de filósofos como Thomas Carlyle (el filósofo escocés decimonónico que acuñó el término “ciencia lúgubre” para la economía), Julius Ebola (el italiano que se declaró Superfascista al ser acusado de fascista en su juicio de 1951 tras la Segunda Guerra Mundial) y de Hans-Hermann Hope (filósofo político alemán paleolibertario y anarcocapitalista que enseña economía en la Universidad en Las Vegas). Hoppe es seguidor de la conservadora Escuela Austriaca de economía (la que en 1946 inspiró a los fundadores del ITAM en México, principal fuente de los tecnócratas neoliberales, neoconservadores o paleoliberales).
El paleolibertarismo fue una estrategia de activismo en pro del libertarismo desarrollada por los teóricos anarcocapitalistas estadounidenses Murray Rothbard y Lew Rockwell en el contexto político norteamericano del fin de la Guerra Fría, de 1989 a 1995, que buscaba hacer llegar las ideas libertarias de oposición a la intervención del gobierno, utilizando mensajes accesibles a la población trabajadora y de clase media de la época —un enfoque que suele identificarse como populismo de derecha —para radicalizarla contra el Estado.
La Ilustración Oscura ha sido descrita también como una escuela de pensamiento temprana de la Derecha Alternativa o Neofascista. Parte del ímpetu para el movimiento neoreaccionario proviene de libertarios como el inversionista multimillonario Peter Thiel (fue uno de los primeros inversores de Facebook y fundó PayPal junto con Elon Musk, otro libertario convencido y el más rico del mundo, que quiso recientemente comprar Twitter).
Peter Thiel es el mentor de Mark Zuckerberg y también ha creado Palantir, la herramienta de espionaje más poderosa del mundo, implicada en el escándalo internacional de Cambridge Analytica (que salpicó a Mexico, entre una treintena de países), que utilizaba listas de datos personales (como la de Facebook) para influenciar decisiones de votantes o consumidores). Esto lo hemos tratado en Monitor Financiero en la serie de cinco artículos intitulada Guerras Culturales, de 2021, además de reportajes sobre el Asalto al Capitolio y la participación de Steve Bannon en ese y otros actos promoviendo a la Derecha Internacional y sus contactos con la derecha española de Vox y de ésta con México (La Derecha Radical española visita México, septiembre 2021).
Peter Thiel publicó en 2014, De Cero a Uno: Cómo inventar el futuro. En el libro Thiel muestra los principios que él utiliza para crear o invertir en Startups o empresas de nueva creación. A diferencia de una empresa corriente, Thiel afirma que las Startups están basadas en una idea única que los demás consideran como errónea (además de libertario, él se autodenomina como “contrarian”, que alude al concepto de por principio llevar la contra, especialmente aplicable a su actuación como inversor cuya característica principal es situarse en dirección opuesta al sentimiento general del Mercado).
Aparte de esta idea, una Startup o nueva empresa tiene que ser capaz de capturar el valor que genera y tiene que tener la capacidad de convertirse en un monopolio. Thiel o Yarvin no creen en la democracia ni en el libre mercado, como lo indica el ensayo de Nick Land The Dark Enlightenment (La Ilustración Oscura), que observó cómo los pensadores libertarios en una discusión en 2009 expresaron su escepticismo sobre la compatibilidad de la libertad y la democracia (aunque como señala la periodista española Marta Peirano, especializada en las interacciones entre tecnología y poder político, “contradictoriamente“ Peter Thiel ha vendido sus acciones en Facebook para financiar a 16 candidatos al congreso y el senado que rechazan la legitimidad de las últimas elecciones).
En el interesante libro que ha escrito Marta Peirano, “Contra el futuro”, critica que los súper neoreaccionarios “imaginan un futuro marciano, futurista, sólo para ricos”. “Un futuro donde los ricos están viviendo en esferas flotantes que son como Dubai, un Dubai estratosférico que propone Jeff Bezos, o en el que están picando piedra en Marte como propone Elon Musk”.
Enfaticemos que Curtis Guy Yarvin, más conocido por el seudónimo Mencius Moldbug, francamente sostiene que la democracia estadounidense es un experimento fallido y que debería ser sustituida por una monarquía o un gobierno corporativo.
El sistema preferido de Yarvin, es el llamado neocameralismo (por el viejo sistema prusiano de Federico Guillermo I), en el cual una empresa -según él- pueda ser propietaria del país, que esté estructurada como una sociedad anónima dividida en acciones y dirigida por un Director Ejecutivo para maximizar el beneficio. Por ejemplo, Peter Thiel y Patri Friedman (nieto del viejo liberal Milton, capitalista resucitador del monetarismo ) han respaldado al anarcocapitalista Seasteading Institute, como una forma de construir feudos en alta mar libres de leyes y regulaciones externas.
Otro neoreaccionario, Michael Perilloux, proponía que el entonces presidente Trump tomase más poder al cancelar la Constitución y declarase la ley marcial para reemplazar el gobierno por la Organización Trump. De manera similar, una ingeniera de Google (Justine Tunney) hizo circular una petición para designar al presidente de Google como Director General Ejecutivo de Estados Unidos.
Algunos futuristas neoreaccionarios se centran más en el uso de la tecnología para derrotar al Estado, por ejemplo, a través del aceleracionismo transhumanista en el que los pocos elegidos supuestamente se liberarían de los lazos del Estado al evolucionar hacia híbridos superinteligentes humano-computadora como inventa la ciencia ficción. Un defensor de tales ideas es Michael Anissimov, defensor de la eugenesia, quien ha abanderado la singularidad supremacista blanca, rechazando la idea de que todos los humanos son creados iguales. Anissimov cree que ya existen disparidades en la inteligencia entre las “razas” existentes y que las tecnologías transhumanas crearán más disparidades en el poder. Afirma que los sistemas aristocráticos son más estables financieramente y menos despilfarradores que los sistemas democráticos.
El tema se vuelve relevante porque esta ideología antiigualitaria y antidemocrática induce ideas extremistas que luego se traducen no sólo en lujosas extravagancias terrestres y extraterrestres, sino en movimientos como el que culminó en el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos, por cientos de seguidores del entonces presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump.
El caso en cuestión sigue discutiéndose política y judicialmente en Estados Unidos, y especialmente se ha recrudecido la polarización con motivo del reciente cateo del FBI a la palaciega mansión de Trump en Florida, dónde podría tener documentos clasificados ilegalmente sacados de la Casa Blanca antes de dejar la Presidencia.
Esta discusión podría ser decisiva en las próximas elecciones norteamericanas en noviembre de este año y para las presidenciales de 2024, tanto en Estados como en México, que a querer o no, forma parte de Norteamérica.