Dinero Casero

La mojarra, el producto de mayor consumo en Cuaresma

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***Debido a la demanda, 10.6 por ciento de las importaciones de tilapia se efectúan en febrero

Valle de México, a 7 de marzo.- Durante la Cuaresma, el consumo de mojarra es de los más elevados, por eso en el mes febrero se adquiere en el exterior un volumen para satisfacer la demanda interna: 10.6 por ciento de las importaciones de tilapia se efectúan en febrero, la participación más significativa comparada con la que presenta las importaciones del resto de meses, aunque para esta temporada existe una gran variedad de productos.

Según reportes del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), dependiente de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), durante más de un mes (del 2 de marzo al 10 de abril, principio y fin de la Cuaresma) se ofrecen  variadas especies pesqueras en los diferentes puntos de venta del territorio nacional y con ello las alternativas de consumo son diversas para la preparación de distintos platillos tradicionales del periodo. 

En los principales centros de comercialización están disponibles pescados, crustáceos y moluscos; destacando: la mojarra (tilapia), el guachinango, la sierra, el charal, el atún albacora, el róbalo, el camarón, el pulpo, la almeja, entre otras. Son conocidas también como especies de temporada.

En los meses que tiene lugar la Cuaresma (generalmente en períodos intermensuales de febrero, marzo y abril) en promedio los pescadores mexicanos obtienen 480 mil toneladas, esa cantidad representa la cuarta parte del total anual, siendo abril el de mayor volumen. 

La producción de las especies de temporada generalmente aporta 7 mil 352 toneladas al volumen en el citado periodo, siendo la mojarra (tilapia), el atún y el camarón los de mayor aporte; en época de cuaresma se produce de esas especies 13 mil, 10 mil y 5 mil toneladas, respectivamente.

La dependencia recordó que habitualmente las personas que conmemoran la Cuaresma inhiben la ingesta de carne roja y optan alimentarse con otra clase de bienes (entre ellos los pescados y otros productos del mar). 

Este suceso configura los patrones de consumo, y con ello, la determinación de los niveles de disponibilidad de algunos alimentos en los mercados.