Por Jesús Delgado Guerrero
El Reno (Reclusorio Norte) de la Ciudad de México se está llenando de “distinguidos personajes”: Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz, Jorge Luis Lavalle, ex senador del PAN, Juan Collado, ex abogado de Enrique Peña Nieto y, desde ayer, Emilio Lozoya Austin, ex titular de Petróleos Mexicanos (Pemex).
¿Por qué están en prisión? El ex mandatario veracruzano por asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita, cuya esposa pasó a la posteridad por su célebre escrito “Sí merezco abundancia”, en un cuaderno en el que supuestamente se dio santo y seña de toda la red de corrupción.
El abogado de la oligarquía nacional, Juan Collado, está en el Reno desde julio del 2019 por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Mientras, el ex senador panista Jorge Luis Lavalle, es huésped del citado reclusorio por delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y cohecho, por presuntamente recibir sobornos de Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), para aprobar la reforma energética en 2013.
Desde ayer el ex titular de Pemex, el mismo que recorría 13 kilómetros en helicóptero para desplazarse de un edificio a otro en la Ciudad de México, se unió al elenco en el Reno cuando el Juez de control, José Artemio Zúñiga, decretó prisión preventiva necesaria ante el riesgo de fuga argumentado por la Fiscalía General de la República (FGR).
Con ello se cambiaron las medidas cautelares por las cuales Lozoya se encontraba en libertad, como presunto “testigo colaborador” de las investigaciones del Caso Odebrecht y de los sobornos a legisladores federales para aprobar la reforma energética propuesta por el gobierno de Enrique peña Nieto en el año 2013.
El mismo juez pidió a la FGR enviar al ex funcionario a una celda donde no corra riesgos pues, en efecto, se puede encontrar con su coacusado, el ex senador panista Jorge Luis Lavalle, Javier Duarte y Juan Collado.
¿Qué es el caso Odebrecht? Un pocas palabras se pude describir como un modelo de corrupción trans-sexenal que involucra a tres ex presidentes (Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña), ex gobernadores (Javier Duarte entre ellos), ex senadores (el citado Jorge Luis Lavalle), ex legisladores federales y otros ex funcionarios que fueron sobornados para adjudicar contratos de obra a la empresa brasileña por votar a favor de la “reforma energética” en el año 2013.
Según esto, lo que estuvo repartiendo la firma Odebrecht superó los 10 millones de dólares, varios de los cuales llegaron a las cuentas del también ex integrante del consejo de administración de OHL (sí, la empresa original del Circuito Exterior Mexiquense (CEM), que goza de una concesión casi de por vida de esa vía), quien para tratar de evadir el cemento del Reno primero se dijo dispuesto a colaborar, pero en realidad le ha estado dando largas al asunto.
Eso sí, involucró en ese y otros episodios de corrupción y daño contra la hacienda pública y Pemex a los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto; al ex legislador y ex dirigente panista Ricardo Anaya; al ex candidato presidencial priista José Antonio Meade Kuribreña; al también ex titular de Pemex y Hacienda y cuñado de Salinas de Gortari, José Antonio González Anaya.
Otros ex senadores panistas, como Jorge Luis Lavalle, único en prisión, también fueron señalados como parte de la trama de los sobornos, entre ellos Ernesto Cordero Arroyo, Salvador Vega Casillas, Francisco García Cabeza de Baca y Francisco Domínguez Servín, gobernador y ex mandatario de Tamaulipas y Querétaro, respectivamente.
El ex senador, David Penchyna Grub (PRI), también resultó salpicado por Emilio “N”, igual que el ex titular de Pemex, Carlos Treviño Medina y, desde luego, Luis Videgaray, ex titular de Hacienda, quien supuestamente ordenó el reparto de los sobornos, mismos que fueron operador mediante Rafael Caraveo, colaborador del ex senador panista Jorge Luis Lavalle y quien fue exhibido en videos con las bolsas y los fajos de billetes.
¿Se va a llegar hasta el fondo en el caso de los sobornos? Hasta ahora el gobierno de la autodenominado Cuarta Transformación se ha mostrado titubeante en el asunto y hasta ha dado “carnita” para que sus malquerientes le atribuyan un “pacto de impunidad” con el ex presidente Enrique Peña. Después del ingreso de Emilio “N” ya se verá.
Pero lo cierto es que en casos similares protagonizados por la firma Odebrechet en otros países han terminado incluso con ex mandatarios y funcionarios de muy alto nivel tras las rejas.
En nuestro país no, pese a las implicaciones nocivas a la Hacienda Pública y la todavía más perjudicial reforma energética que dispuso la entrega de la “joya de la corona” a privados domésticos y extranjeros: la industria energética (petrolera y eléctrica), “reforma” que hoy, sin ningún sonrojo y no obstante todos estos trastupijes, defienden con uñas y dientes sus promotores y adláteres, figurando incluso como “paladines” de “energías limpias”, “renovables” y otras zarandajas, mientras impulsan las obviamente sucias (dicho en todos y el peor de los sentidos).