Los Sonámbulos, Opinión

Los Sonámbulos/De la extorsión económico-financiera y política/Jesús Delgado Guerrero

Los Sonámbulos

Por Jesús Delgado Guerrero

A la memoria de Francisco “Paco” Ángeles Hernández, ser humano de excepción y mejor amigo. Con un abrazo solidario para sus seres queridos

Un día sí y otro también, el poder económico-financiero, sus voceros y sus epígonos políticos han llevado a extremos poco imaginables el chantaje por la reforma judicial avalada por el Congreso de la Unión, específicamente las mayorías que Morena y sus aliados obtuvieron, mediante el voto ciudadano, en las cámaras de diputados y de senadores.

La actuación de agencias calificadoras, medios informativos locales y extranjeros, opinadores de toda laya y hasta comediantes metidos a analistas y otros, sólo han confirmado que el ridículo no mata y, en estos casos se puede ser protagonista sin ruborizarse siquiera, como fue el episodio del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y muchos más.

Según el coro, todos los “inversionistas” están huyendo despavoridos; no va a llegar más inversión, se están frenando miles de millones de dólares pero no ofrecen detalles de nada, dejando en el aire el clásico “ahí viene el Coco”, mientras se llenan las alforjas especulando con el peso.

Y es que, según esto, el país ha retrocedido medio siglo, la democracia está en peligro, las botas autoritarias y las barbas nepóticas del tipo Fidel Castro y otras calamidades asoman en el horizonte nacional. Los nuevos “intelectuales” se plagian de manera inverecunda las peores frases del capitalismo salvaje para enderezar su campaña de propaganda, pero nada conmueve.

La razón es obvia: más de 36 años de aplicar la peor versión del llamado “libre mercado”, que no fue otra cosa que capitalismo de compadres y de cuates, creando un “estado alterno” al que democráticamente fue electo para someterlo a sus intereses, está siendo desmantelado. Era y es necesario que se haga. Es groseramente evidente: en términos simples ese “estado paralelo”, “estrado de derecho” incluido, sólo sirvió para aumentar las fortunas del “1 por ciento” de acaudalados.

Así, suponer que todo debe cambiar para que nada cambie, al más puro estilo gatopardiano como se venía haciendo con el neoliberalismo, es justo no ver que no hay mentira que pueda sostenerse por tanto tiempo, como la falacia de la “meritocracia” o la concentración de la riqueza para después distribuirla y, en fin, engañar a medio mundo con cuentos de hadas.

Pero prevalece la ciencia ficción, aún en la derrota, y lo único que hay que lamentar es la terquedad de no ir a ninguna parte, sólo con pronósticos terribles sobre el futuro del país al que, según se dice en todos los tonos, lo menos que le espera es una plaga de dimensiones bíblicas, provocada desde territorios tropicales por supuesto.

La derrota supondría un punto de inflexión, un alto para el sano ejercicio de la autocrítica, para desintoxicarse un poco de toda doctrina barata, corrupta y poco beneficiosa como la mencionada, pero no. La “democracia metalizada” ante todo.

El grave problema para el país ahora no es que un sólo partido y sus aliados cuenten con el poder suficiente para hacer cambios institucionales que permitan al gobierno asumir con toda responsabilidad las tareas de las que fue despojado por el “estado alterno”, creado por el Ogro Salvaje. No. El problema, hasta peligroso, es que no hay una oposición con la solidez suficiente ni en términos ideológicos ni de acción para hacer frente a sus adversarios, cargando además con un desprestigio poco antes visto en la oposición, creyéndose y siendo víctima de sus propias mentiras y triquiñuelas. Los opositores, para decirlo pronto, ni siquiera se han dado cuenta de ello, por eso insisten.

De esto habrá que ocuparse en una entrega más amplia porque es cosa preocupante ver hasta dónde se ha degradado la oposición al gobierno, con personajes francamente impresentables que han enviado al cesto de la basura cualquier intento serio por alcanzar mejores estadios democráticos, de justicia y de desarrollo para todos. Lo suyo ahora es la extorsión mediática, el chantaje político descarado, la presión económica y financiera, el salir a decir tonterías únicamente por ocupar un espacio mediático, para no morir en el anonimato, aunque honestamente eso sería lo mejor para varios. 

Ya habrá tiempo y espacio para observar cómo se ha metamorfoseado la oposición en la peor versión de sí misma de los últimos años.

Francisco “Paco” Ángeles

El pasado miércoles 17 de septiembre por la tarde-noche recibí la triste noticia del fallecimiento de Francisco Ángeles Hernández. Periodista, comunicador, funcionario público pero, por encima de todo, un hombre generoso en su amistad, con la cual me favoreció, igual a mi familia, durante los últimos casi 30 años. Le estoy eternamente agradecido por ello.

Los recuerdos se agolpan en mi mente: las sabrosas tertulias con otros amigos, algunos ausentes ya; las anécdotas de un sinfín de episodios de la vida pública, política y del ambiente policiaco y de procuración de justicia, donde Paco se desempeñó por muchos años. 

Despedirse de los amigos no es fácil después de tantos años y realmente no hay palabras ante lo sucedido. Lo cierto es que Paco ya trascendió y le deseo un buen viaje (el mismo que nos espera a todas y todos), así como pronta resignación a su familia.