Opinión

Los Sonámbulos/Sobre finanzas bicicleteras (o “carry trade”)/Jesús Delgado Guerrero

Los Sonámbulos

Por Jesús Delgado Guerrero

En un mundillo financiero presuntamente complejo, la trama es bastante sencilla y con muchos ayeres de historia. El origen de este nuevo festín especulativo es Japón, donde se puso en práctica la tristemente célebre maniobra de “carry trade”, conocida también como “bicicleta financiera” u “operaciones de acarreo”.

Aunque es una práctica cotidiana, no está demás mencionar cómo funciona: los especuladores piden préstamos en divisas con tasas de interés bajas, casi de ganga (como el yen japonés con su 0 por ciento), y luego las invierten en otras divisas que les garantizan mayor rendimiento debido a su elevada tasa de interés (peso mexicano, con 11.5 por ciento, por ejemplo, o Estados Unidos, con más de 5 por ciento).

Así estuvo operando el yen nipón frente a otras divisas durante muchos años, sirviendo como palanca para financiar inversiones o, para decir mejor, era alimentar el rentismo de corto plazo.

Pero las autoridades japonesas determinaron la semana pasada subir el referencial, de 0 a 0.25 por ciento, como una medida para tratar de contener la inflación, fenómeno ante el cual todos los países han estado luchando luego de la pandemia Covid.

Y pese a que es mínimo, este aumento de la tasa en Japón, claro, puso histéricos a los especuladores que pidieron prestado para financiar sus inversiones, porque afecta el rentismo cortoplacero ya que el inversor calcula que una de las divisas se va a apreciar, la divisa de inversión (peso o dólar u otras monedas), en relación con la otra (el Yen), que es la divisa que financia.

Esto fue lo que desencadenó el mal llamado llamado “lunes negro”, por eso la depreciación no sólo del peso sino de muchas otras monedas en el mundo y derrumbes en las bolsas de valores.

Hace décadas el economista Hyman Minsky advirtióque hablar de finanzas capitalistas es lo mismo que hablar de la próxima crisis. Los hechos, viejos y recientes, le dan la razón. Es igual, pues un sistema financiero robusto y al mismo tiempo frágil.

“Can ‘it’ Happen Again?” (¿Puede ocurrir de nuevo?), cuestionó el también matemático estadounidenss, más en tono de afirmación que de duda, al referirse al episodio del Crac de 1929 que, igual que ahora con la reciente turbulencia generada por especuladores y casabolseros, vuelve a demandar la necesidad de una mayor intervención por parte de los gobiernos y los bancos centrales en estos chunches financieros.

El rentismo inmediato y fácil está demasiado suelto y cualquier cosa, por mínima que sea, sirve para apostar (ese es el término para una economía de casino o de palenque), ya a favor o en contra. Se vio con el peso por el anuncio de reformas al Poder Judicial, porque es sabido que más de 80 por ciento de transacciones son meramente de carácter especulativo, no para invertir en la economía productiva.

Las razones para la pronta actuación de la irracionalidad rentista pueden servir de escudo, previa justificación de que “así funciona el mercado”. Son ya maniobras de manual para la fe ciega: si son económicas, hay que apelar al déficit comercial, al desempleo, al PIB, a la inflación, etc.; si son circunstancias de carácter político, hay que pretextar la inestabilidad en la gobernanza (procesos electorales, igual ahora la violencia, aunque ningún especulador viaje en metro o transporte público) o reformas a las instituciones.

Total, que si se dice que el Atlante va a regresar a la primera división futbolera, no faltará quien crea que, en efecto, va a regresar (aunque el monopolio se lo impida). Pero con todo y la imposibilidad  sería motivo suficiente para alterar la paridad de las divisas y alebrestar a los casabolseros.

El apetito por la ganancia rápida y fácil, en el caso de la reciente histeria especuladora, estuvo ahora en la diferencia de las tasas de interés, en esas finanzas bicicleteras que pasan por sofisticadas mediante ocurrencias y pronósticos matemáticos elaborados con ruletas en Las Vegas.

Poco se dice de la psicología financiera, esa que es capaz de poner a temblar a los gobiernos con simples rumores o “fake news”descaradas, justo porque las autoridades han permitido que muchos animales (espíritus) estén desatados..

Muy pocos lo han de recordar, pero la vieja política monetaria de “tasa cero”, que impuso le Reserva Federal de Estados Unidos cuando estuvo encabezada por Alan Greenspan durante casi 14 años (el gran gurú neoliberal por excelencia en su momento, admirador del “yoismo” de Aynd Rand”, desembocó justo en una de las últimas crisis financieras, muy devastadora, como las hipotecas Subprime, en el 2008. Ese tipo de políticas monetarias crea burbujas que, como se ha visto, terminan por reventar.

Ojalá la historia, y sobre todo la financiera, sirviera para algo más que una simple recolección de episodios lamentables y hasta trágicos, “negros”, pero los gobernantes no lo han entendido y se han tragado los cuentos más ficticios del supuesto libre mercado.