¿Sabías que ninguna mujer decide sobre tener o no su menstruación? Este hecho sucede sí o sí en las mujeres desde su adolescencia y su vida adulta hasta que llega la menopausia. En la Cámara de Diputados se aprobó el 28 de abril de este año la Iniciativa de Ley sobre Menstruación Digna que busca que las personas menstruantes en escuelas públicas tengan acceso a productos como toallas femeninas, tampones o copas menstruales. Ahora falta que el Senado la apruebe para que pueda ser una realidad en nuestro país.
En esta iniciativa se menciona que más de 43 millones de mujeres, niñas y adolescentes (entre 15 y 50 años) tienen su periodo menstrual en México, y cuatro de cada diez viven en una situación de pobreza multidimensional. Al mismo tiempo, contempla un cálculo suponiendo que una mujer que menstrúa desde los 13 hasta los 50 años, puede realizar un gasto de 26 mil pesos en toallas femeninas, 30 mil en tampones o 2 mil 800 pesos en copas menstruales.
Para las personas que tienen un ingreso medio o alto puede no suponer un problema, sin embargo, para quienes viven en pobreza o pobreza extrema sí representa todo un reto. Para las personas menstruantes de escasos recursos, la falta de productos menstruales puede provocar que las niñas dejen de asistir a la escuela en esos periodos, lo cual también es un factor de desigualdad. El término “pobreza menstrual” deviene de la falta de acceso a productos sanitarios, educación sobre higiene menstrual, inodoros, instalaciones para el lavado de manos y gestión de residuos.
Esta circunstancia obliga a las y los legisladores a voltear a ver esta realidad, legislar al respecto para garantizar el acceso de todas las personas menstruantes a los servicios básicos sanitarios en las escuelas, y que el sistema de salud otorgue los productos menstruales a toda persona que los solicite.
Algunos avances han tenido entidades federativas como Michoacán, Ciudad de México y Tamaulipas. Michoacán aprobó el 2 de marzo de este año su Ley de Menstruación Digna, la cual estipula que las autoridades de salud deben fomentar la educación menstrual y garantizar que todas las personas menstruantes en las escuelas públicas tengan acceso gratuito a toallas, tampones o copas menstruales. Por su parte, el 29 de abril de este año, la Ciudad de México aprobó que las mujeres privadas de su libertad tengan acceso a estos productos de manera gratuita. Y hace apenas hace unos días, el 29 de septiembre, Tamaulipas aprobó en su Congreso la Ley de Menstruación Digna, que al igual que en Michoacán, pretende garantizar el acceso a productos de higiene menstrual en las escuelas públicas.
Este año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó en su propuesta fiscal 2022, la iniciativa de Tasa Cero del Impuesto al Valor Agregado (IVA), pues afecta a las que menos ingresos perciben. Veremos cómo terminan votando nuestras legisladoras y legisladores.
Aún falta mucho por hacer en esta materia. Así como la Ley Olimpia llegó para quedarse, lo mismo tendrá que pasar con la Menstruación. Seguimos a la espera de que el Senado apruebe la minuta de la Cámara de Diputados. Sin embargo, tendremos que avanzar en la cultura de todas y todos. Si seguimos sin normalizar el periodo menstrual, difícilmente aprenderemos a gestionarlo de manera correcta y las personas menstruantes careceremos de espacios adecuados y no podremos evitar infecciones vaginales. Pero esta es una batalla que tendremos que dar las niñas, las jóvenes, las adultas y las adultas mayores. Es una lucha de todas y todos.
*Politóloga y Administradora Pública por la UNAM/Integrante del Círculo de Mujeres Renaciendo.