Especiales, Opinión

México: Ausencia de políticas públicas realistas en comercio exterior e inversión extranjera directa/Arnulfo R. Gómez

Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático comercio exterior)

Ellos se ríen de mi porque soy diferente

Yo me río de ellos porque todos son igualitos

Anónimo

El gran problema para lograr el desarrollo económico de México ha sido la ausencia de una estrategia acorde con la idea de que el comercio exterior es la palanca del desarrollo, en la que era fundamental la creación de una plataforma exportadora y de promoción de inversión extranjera directa que generara creciente riqueza a través de la implementación de políticas públicas realistas. 

Sobre el particular, me permito comentar que, especialmente en los 30 años más recientes, no ha habido conciencia de ello e, inclusive, el BANCOMEXT, creado en el año de 1938, fue miserablemente desaprovechado por administraciones frívolas y grandemente ineficientes, sin un conocimiento que les permitieran entender la operación real del comercio internacional.

Como consecuencia, sus actividades se han caracterizado por la simulación e improvisación, así como por la aplicación de modelos y dogmatismos muy dañinos pues, pareciera que tampoco entendieron la estructura de la planta productiva ni la operación real del comercio exterior mexicano y, menos, el papel que jugaba la institución como banca de desarrollo en la definición de una estrategia para generar valor, riqueza, el desarrollo de México y mayor bienestar para los mexicanos.

Especial referencia me permito hacer al estudio que elabore sobre este problema y que pueden consultar en el siguiente vínculo México: globalización tóxica abril 24, 2024, a través del cual presento un panorama resumido de las múltiples deficiencias y errores que México ha padecido en el proceso de globalización realizado después de la firma del TLCAN y en el que, el axioma, la mejor política industrial es la que no existe, ha prevalecido como paradigma.Esta situación fue empeorada con una desgravación arancelaria unilateral y el “intento”, totalmente rupestre, de una diversificación geográfica basada en la firma de numerosos TLC’s sin que primero se prestara atención a elementos esenciales del marco sistémico mexicano, como la competitividad, la estructura de la planta productiva nacional, lacreación de una plataforma exportadora y la integración comercial y productiva que se planteaba a través del TLCAN (nearshoring), a fin de generar mayor valor y bienestar en la región, con el objetivo de también evitar un problema migratorio que, desgraciadamente, se ha incrementado durante la vigencia del Acuerdo

En el caso de la plataforma exportadora, la improvisación mostrada por los encargados del comercio exterior mexicano también propició que se confundiera ese elemento fundamental, generando el crecimiento exagerado del número de funcionarios en la estructura orgánica de BANCOMEXT pues, al final de la gestión del Lic. Alfredo Philips se contaba con solo 132 funcionarios y, para el año 2000, al terminar el periodo del “actuario” Enrique Vilatela Riba, llegó a 737, es decir, un crecimiento de 458% que representó un total de 605 funcionarios adicionales que, en su mayor parte, eran sus cuates y personas recomendadas, sin conocimiento y experiencia en el campo de trabajo del comercio exterior que, como he señal|ado, por su gran desconocimiento del sector, adoptaron modelos, estructuras y dogmatismos realmente nocivos para México, independientemente de que estos funcionarios estaban más preocupados por las “cuotas de poder” dentro de la institución, generando una enorme fragmentación de las decisiones internas y, por tanto, la indefinición de programas, proyectos y políticas públicas realistas que incidieran positivamente en el desarrollo de nuestro comercio exterior y de nuestro país. 

Esta situación provocó que, BANCOMEXT, pareciera más una agencia de empleos para los cuates y recomendados que una banca de desarrollo. Esto también determinó que la tasa de empleado funcionario pasara de 7.45 a una aberrante cifra de sólo 1.56.

En 1987, cuando yo ingresé a BANCOMEXT como Gerente de Promoción para Europa Occidental, era uno de los 42 Gerentes y me ubicaba en el 4º nivel como funcionario, pero, con el engrosamiento desordenado y exagerado de la estructura para dar cabida a los “cuates”, el número de gerentes se incrementó a 221 y, del 4º nivel que ostentaba esta categoría, cayó al 6º. 

Comentarios. 

El periodo 1995 – 2000 era el más propicio para capitalizar las oportunidades que presentaba el comercio exterior con nuestros socios del TLCAN y el mercado internacional a fin de lograr el desarrollo económico de México, sin embargo, no hubo procesos de ajuste para mantener la elevada competitividad que habían generado las reformas estructurales realizadas a fines de los años 80’s y principios de los 90’s, tampoco hubo una estrategia para posicionar y consolidar la presencia de México en esos mercados debido a que los nuevos funcionarios y los cambios realizados en la estructura de conducción y promoción del comercio exterior mexicano no fueron los adecuados.

A partir de 2001, la situación fue peor y con mayores cambios que nos hablan de la carencia de políticas públicas coherentes y de un esquema eficiente de coordinación entre el sector público y el empresariado, así como de la ausencia de una estrategia gubernamental de desarrollo a largo plazo que permitiera la continuidad de políticas económicas sanas.

Funcionarios mexicanos en la Luna agosto 19, 2019

Esta serie de carencias y problemas se manifiesta muy claramente en la ubicación de México como potencia económica mundial pues, del año 2000 en que ocupaba la 8ª posición, cayó a la 15ª en 2021, aunque en el 2022, recuperó una posición, mayormente, por la apreciación del tipo de cambio del peso mexicano. 

Como consecuencia de este deterioro, la caída del PIB Per Cápita mexicano que, tradicionalmente se ubicaba por arriba del PIB Promedio Per Cápita Mundial y que, en el año 2001 fue 29% superior, para el 2022 se ubicó -16% por debajo del mismo.

Apuntes finales

La política pública es un proceso de planeación de largo plazo que, sobrepasa los periodos de administración de los gobiernos y orienta el proceso de cambio frente a realidades sociales relevantes.

Desgraciadamente, en los 6 lustros más recientes se ha carecido de políticas públicas que definan una estrategia idónea de comercio exterior, con programas, proyectos y políticas públicas realistas que generen riqueza, ni siguiera en función del crecimiento de la población para mantener un nivel de bienestar, debido a las enormes deficiencias del numeroso grupo de altísimos funcionarios que ingresaron a BANCOMEXT entre 1989 y el año 2000.

La pésima actuación de esos funcionarios proyectó una imagen que obligaba a realizar un cambio profundo, pero, en ese cambio, los nuevos directores y otros “altísimos funcionarios” del sector resultaron peores de tal manera que provocaron la toma de decisiones radicales que, en primer lugar, generaron mayor deterioro en la evolución del comercio exterior al separar las actividades de promoción de BANCOMEXT, una institución que si bien no cumplía adecuadamente con esa función, había logrado retener algo de la especialización que había heredado del IMCE y que, juntamente con las de financiamiento que tradicionalmente realizaba, lograba desarrollar algunas de sus actividades sin que fueran óptimas, por lo que sus resultados eran bastante mediocres.

En este proceso, hubiera sido ideal una reestructuración lógica de BANCOMEXT y la reorientación de sus funciones con personas capaces que dejaran a un lado la improvisación y simulación que se habían enseñoreado en la institución, sin embargo, se decidió crear a PROMEXICO bajo la “batuta” de Bruno Ferrari García de Alba – un licenciado de la Escuela Libre de Derecho, Bruno Ferrari, quien se especializó en Derecho Canónigo, Ciencias del Matrimonio y la Familia en la Pontificia Universidad Lateranense y un doctorado en Derecho en el Centro Académico Romano de la Santa Cruz, entre otros- un organismo que resultó redundante y oneroso, y en el que gran parte del personal era improvisado pues carecía de experiencia en el comercio internacional, por lo que se convirtió en un ente mediocre y amorfo, cuya pésima evolución e imagen dio pie a su pronta desaparición.

Hoy, que el comercio exterior de México requiere de un desarrollo mejor, es necesario reestructurar su operación y habrá que definir una estrategia integral, con programas, proyectos y políticas públicas realistas que permitan aprovechar los cambios que ha registrado la economía mundial desde el año 2020, misma en la que el “nearshoring” resulta fundamental pues, a la fecha, no parece que se hayan logrado capitalizar grandemente los beneficios que genera esta modalidad misma que, en la realidad, está presente en la región desde 1962 a través de la maquiladora y, especialmente, a partir de la entrada en vigor del TLCAN en 1994, el cual quiso tomar como base a la maquiladora para desarrollar la industria manufacturera mexicana, sin embargo, los altos funcionarios mexicanos no entendieron los objetivos y operación del Acuerdo pues, pareciera que bastaba con su firma y ratificación para solucionar los problemas del desarrollo de México.

Por estas circunstancias, resulta lógico y paradójico que el 58% de contenido nacional que generaban la exportación y la maquiladora, en el año 1993, se haya reducido a un porcentaje que actualmente se estima en 38%, lo que representa una caída de -35% en la generación de riqueza en los 30 años de vigencia del TLCAN.

Sin duda alguna, las 3 décadas más recientes de la “evolución” de nuestro comercio exterior han sido deprimentes por la carencia de políticas públicas, así como por la ausencia de propuestas lógicas que generen mayor valor en nuestro territorio y mayor bienestar para los mexicanos.