Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático comercio exterior)
Los buenos tiempos de México, como hermano gigante del norte, son un buen recuerdo pues, ahora, ellos parecen los hermanos gigantes del sur ya que, simplemente, de una tasa de cobertura que teníamos con ese país, de 450% en el año de 1993, en 2024 se redujo a 54%, en tanto que el saldo de la balanza comercial en los mismos años pasó de un superávit de 77 a un déficit de -1,076 millones US. El déficit acumulado en dicho periodo alcanzó la nada despreciable cifra de -8,262 millones US.
El déficit de la balanza es originado por algo que México está planeando fabricar desde hace años: procesadores y semiconductores.
Pareciera que los que han dirigido nuestro comercio exterior en los 31 años más recientes no tienen ideas para enfrentar a “un país con un menor grado de desarrollo relativo”.