***Especialistas analizaron en la FES Acatlán lo que este acuerdo generará para nuestro país
Valle de México a 12 de septiembre del 2022.- Al inaugurar el simposio T-MEC: Ejes y retos de la integración, la maestra Nora Goris Mayans, secretaria General Académica de la Facultad, resaltó la relevancia de este espacio académico, en el que los ponentes compartieron su experiencia sobre este tratado, el cual busca promover las cadenas de valor, de producción integrada y de competitividad regional.
Goris Mayans celebró que, durante dos días, se profundice en el tema, se compartan ideas y se aclaren dudas, además, invitó a los universitarios presentes en el auditorio II Miguel de la Torre a informarse a través de la voz de los expertos. “De eso se trata la Universidad, de escuchar las diferentes ideas sobre algo que rige la relación que tenemos con Canadá y Estados Unidos”, indicó.
En su mensaje de bienvenida, el doctor Roberto Carlos Hernández López, jefe de la División del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia, destacó que una de las prioridades de esta instancia es la promoción del trabajo académico, por lo que a los coloquios existentes se sumaron tres simposios dedicados a las tres licenciaturas de esta división, uno de ellos T-MEC: Ejes y retos de la integración, dedicado a la licenciatura de Relaciones Internacionales.
En la mesa de apertura titulada T-MEC como acuerdo de nueva generación comercial, el doctor Jaime Cárdenas Gracia, del Instituto de Investigaciones Jurídicas(IIJ), dijo que los tratados comerciales que México ha celebrado tienen una jerarquía mayor a la ley federal, por lo que su firma implica una sesión de la soberanía a instancias supranacionales para la resolución de controversias, pues los conflictos se derivan a paneles internacionales y no a tribunales.
El especialista agregó que, a diferencia de Canadá y Estados Unidos, el modelo económico mexicano es mixto, es decir, a pesar de tener sectores sometidos a un régimen de competencia y de libre mercado, no sucede así en ámbitos como el de la electricidad y los hidrocarburos, lo cual debería de considerarse en la firma de los próximos tratados. Enfatizó en que es necesario que, al firmar un tratado, México tenga en cuenta no solo los beneficios, sino también las limitaciones que le puede acarrear a su soberanía.
En cambio, el doctor Daniel Márquez Gómez, del IIJ, destacó que el debate asociado a la soberanía tiene una cuestión ideológica y que se debería considerar que con estos instrumentos el Estado se transforma en un sujeto de interés internacional. El investigador explicó que el T-MEC es un tratado de segunda generación, pues contiene capítulos dedicados a la administración del comercio o a las buenas prácticas regulatorias, puntos que van más allá de lo que se postulaba en su antecesor, el TLCAN.
La doctora Adelina Quintero Sánchez, académica de nuestra Facultad, acotó que más del 80 por ciento de la inversión de México depende de Estados Unidos, por lo que el tratado beneficia principalmente a las empresas trasnacionales. Además, alertó que el T-MEC puede traer como consecuencia que las paraestatales mexicanas sean demandadas por transnacionales extranjeras, pues las reglas del acuerdo benefician principalmente a las segundas.
Por su parte, la doctora Claudia Márquez Díaz, al abordar el tema Retos y oportunidades de la integración en el marco del T-MEC, indicó que los retos que hoy tienen los estudiantes de Relaciones Internacionales es contar con los conocimientos para afrontar y asumir los desafíos que se avecinan a raíz de este tratado, por lo que les pidió verlos desde una perspectiva que van “desde revisar la parte jurídica que garantice un entorno en cuanto a la seguridad de los consumidores y todos los cambios que se suscitaron a partir de la pandemia, porque esa es la realidad que afrontan”.
La secretaria de Extensión Universitaria y Vinculación Institucional de la FES Acatlán, realizó un panorama histórico del tratado, al abordar aspectos y beneficios que dejó el TLACAN, acuerdo que antecede lo que hoy día logró México con Estados Unidos y Canadá, y destacó que “no somos socios comerciales, somos tres países con distintas culturas que hemos evolucionado, compartiendo temas prioritarios de manera individual. La evolución del TLCAN, durante todo este proceso de integración, los beneficios y evolución que anteceden de este al T-MEC tiene una vinculación profunda que no podemos dejar atrás, tenemos que reflexionar qué tanto nos benefició”.
Por su parte, el doctor Jorge Alfonso Monjaráz Domínguez, al abordar ¿Continuidad o cambio? Algunos pendientes y oportunidades en el T-MEC, destacó que por años se ha creído que los tratados son el fin, cuando en realidad deben de ser el medio y eso no es tarea ni de Estados Unidos ni de Canadá, sino de los mexicanos que deben aprovechar las oportunidades que se tienen para lograr crecimiento y una de ellas es apoyar a las micros y pequeñas empresas. “Si hay oportunidades en T-MEC. La opción está en la mesa, pero las MIPYMES no pueden hacerlo solas, igual que en otros casos en el mundo requieren de la guía y apoyo de entidades gubernamentales, cámaras, organizaciones y empresas con mayor experiencia exportadora. De eso dependerán los beneficios que el T-MEC le reporte a México en el mediano y largo plazos”, mencionó.
Finalmente, el doctor Rodolfo Villavicencio López habló de los Debates recientes sobre la política energética mexicana en el marco del T-MEC, donde destacó las diferencias que existen entre Estados Unidos y Canadá en torno a la política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador, es como una moneda de dos caras en la que confluyen intereses y enfoques antagónicos. “La definición de una postura dependerá a su vez de los intereses de clase e ideología de cada persona. No obstante, cuando esto acontece en un contexto, la toma de decisiones trasciende fronteras y sus consecuencias recaen en toda la sociedad”, dijo.