Por Arnulfo R. Gómez
(Catedrático Comercio Internacional)
En los meses más recientes, los funcionarios mexicanos relacionados con la promoción del comercio exterior y de la Inversión Extranjera Directa (IED), continuamente han realizado numerosas referencias a los crecientes flujos de IED que llegan a nuestro país, señalando la importancia de nuestro país como destino preferido de los inversionistas extranjeros a nivel mundial que, con este tipo de operaciones buscan expandir el mercado externo para sus productos con el fin último de lograr un mejor aprovechamiento de su tecnología, de los procesos que han patentado, de sus equipos, del software, de los métodos de administración y de los conocimientos específicos del sector, a fin de obtener mayores ganancias mediante la creación de plantas en otros países, del establecimiento de alianzas estratégicas y de la utilización de los canales de comercialización ya existentes.
Para un país como México, especial referencia adquieren dichos flujos pues, su bajo nivel de desarrollo no genera suficiente ahorro interno, ni tecnología para realizar inversiones que le permitan la expansión de su planta productiva, así como generar riqueza en función del crecimiento de su población a la que es necesario asegurarle un mejor bienestar.
En términos generales, para un país receptor de dichos flujos, son de enorme importancia porque complementan al ahorro interno y contribuyen a su crecimiento económico; impactan favorablemente en la balanza de pagos, refuerzan las reservas internacionales y el tipo de cambio; crean activos fortaleciendo a la planta productiva nacional; incrementan la oferta de productos y crean mayor competencia al aumentar la eficiencia de las empresas, generan productos a precios competitivos y reducen la inflación; así mismo, propician la transferencia de tecnología en materia de administración y producción; crean empleos y ayudan a elevar el nivel de vida de la población; y proporcionan canales de distribución en el país de origen del capital.
Comentarios
A fin de conocer adecuadamente la evolución de los flujos de la inversión extranjera directa a nivel mundial y hacia México, a continuación, me permito incluir datos sobre su comportamiento, para el periodo 1994/2020, del cual cabe destacar lo siguiente:
En 1994, México ocupó el 4º lugar como destino preferido de la IED Mundial, sólo superado por EEUU, China y Francia. En ese año, el porcentaje de captación de dichos flujos correspondió al 4.3% del total mundial, con un valor total de 11,000 millones US.
Para el año 2020, México descendió al 10º lugar como destino de la IED y sólo captó el 2.9% con 29,000 millones US. En el mismo año fue superado como destino preferido de la IED por Hong Kong, Singapur, India, Luxemburgo, Islas Vírgenes UK, Alemania e Irlanda, mismos que he marcado en amarillo en el cuadro que presento a continuación, independientemente de que hay otros países que nos superaron en captación de IED en el periodo.
En el periodo 1994/2020, México acumuló una captación total de 663,000 millones US y, en el universo de los 30 principales países receptores de IED, ocupó el 14º lugar, habiendo sido fue superado por Reino Unido, Hong Kong, Singapur, Alemania, Brasil, Canadá, Islas Vírgenes UK, Australia, España e Irlanda.
En el mismo periodo, el crecimiento de la IED captada por México alcanzó un porcentaje de 164%, el penúltimo lugar más bajo de los 30 principales países receptores de IED, sólo superado en menor crecimiento de captación por el Reino Unido con 100%. El crecimiento de la IED Mundial fue de 290%.
El bienio 2019/2020 fue totalmente atípico pues, debido a la pandemia, se registró un decremento de 37% de los flujos de IED mundial, sin embargo, 12 países, encabezados por Luxemburgo, registraron crecimiento, en este caso de 313%, seguido de Bélgica, Suecia, Hong Kong … Vietnam y España, que figuraron en 10º y 11º lugar, respectivamente, con 0% de crecimiento.
Entre los países que registraron decrementos, Polonia figura en primer lugar con -9%, seguido de Corea con -10%, Turquía con -11%, Islas Caimán con -14% y México con 15%.
Los tres últimos lugares de los 30 países del universo analizado, con retrocesos, resultaron Irlanda, Brasil y Rusia con -59%, 62%% y -69%, respectivamente.
En valor, el país que mayor incremento registró entre 2019 y 2020 fue Luxemburgo con 47 millones US; seguido de Hong Kong con 45; Suecia con 16 etc.
Por lo que se refiere a los países con decrementos en valor, Polonia, Corea y Turquía aparecen con -1 millón, Islas Caimán con -4 millones y México con -5 millones.
Finalmente, hay que señalar que en el periodo 1980/1993, el porcentaje de captación de la IED Mundial por parte de México fue de 2.37%, en tanto que, para el periodo 1994/2020, el porcentaje de captación fue más reducido, mismo que sólo alcanzó 2.11%.
Al mismo tiempo, es importante mencionar que los flujos de IED hacia nuestro país presentan un patrón repetitivo y negativo en cada sexenio pues, al principio de cada uno de esos periodos, los mexicanos y los inversionistas extranjeros muestran mayor confianza en las posibilidades de desarrollo del país, según se puede ver en el cuadro siguiente.
Sin embargo, conforme avanza el sexenio y se va conociendo la pésima calidad y el comportamiento de las instituciones públicas y el bajo nivel de sus funcionarios, la esperanza en los mismos se va perdiendo y, en consecuencia, el nivel de inversión se va reduciendo.
El año 1994 se presenta como una primera excepción pues, es el último año de la administración de Carlos Salinas de Gortari y, en el mismo, se captó el porcentaje histórico más alto de flujos de IED mundial de nuestro país con 4.3%, lo que nos ubicó en el 4º destino preferido en la materia. A la vez, es el primer año de vigencia del TLCAN.
La segunda excepción se presenta en 2019, el primer año de la administración de la 4ª Transformación, mismo en el que hubo una caída que nos hizo descender hasta el 16º lugar, con sólo 2.14% de la IED mundial, situación que fue generada por la desconfianza que creo la serie de declaraciones incongruentes de los funcionarios que formarían el equipo de la administración 2018/2024, lo que durante su ejercicio se ha superado con acciones mucho más contradictorias y perjudiciales.
Apuntes finales.
Sin duda, mucho no funciona en nuestro país pues, a pesar de que, en el segundo periodo de referencia ya contamos con el TLCAN, independientemente de que nuestros altísimos funcionarios firmaron TLC’s con 52 países adicionales y 33 APPRIS que, supuestamente harían a nuestro país más atractivo para la captación de mayores volúmenes de IED, los resultados han sido todo lo contrario pues, el porcentaje de captación de la IED mundial ha sido decreciente.
Al respecto, es importante señalar que, el TLCAN, era realmente un instrumento que convertiría a México en un país desarrollado, sin embargo, la pésima calidad de las instituciones públicas y el bajo nivel de sus funcionarios, no permitieron que se estableciera una estrategia integral que incluyera una política de competitividad, de fomento y de comercio exterior, con programas, proyectos y políticas públicas realistas que hicieran ganador a nuestro país con base en inteligencia comercial, sino todo lo contrario.
Desgraciadamente, las enormes deficiencias de los funcionarios encargados de la implementación del TLCAN no permitieron que le prestaran la atención debida a este proceso pues, a partir de 1994, no hubo conciencia ni una estrategia que permitieran capitalizar las supuestas ventajas negociadas en dicho Acuerdo, adicional a la enorme pérdida de competitividad del marco sistémico mexicano que esos “funcionarios” propiciaron.
Resumiendo, no se registró la integración comercial y productiva que tenía como objetivo dicho Tratado; tampoco se aprovecharon las ventajas comparativas de México, ni la complementariedad existente con Canadá y EEUU; como consecuencia, no se mejoró la competitividad de México; menos aún se captaron mayores flujos de IED y, consecuentemente, no ha habido mayor generación de empleos ni mayor bienestar para los mexicanos, lo cual influyó grandemente en el desarrollo del resto de la región pues México no supo ni pudo cumplir con el papel que Canadá y EEUU le había adjudicado de “socio estratégico”.
Dicha situación ha sido empeorada por la firma compulsiva de TLC’s con otros 52 países y 33 APPRIS, así como con la realización de una desgravación unilateral compulsiva que solamente ha generado una competencia desleal para la planta productiva nacional, convirtiendo a nuestro país en el patio trasero de nuestros socios.
Como consecuencia, el resultado en la captación de IED ha sido muy reducida, situación que se ve agravada al analizar su estructura ya que gran parte de ella es de mala calidad pues incluye numerosas operaciones de compra de activos y, sólo, un reducido volumen ha sido de nuevas inversiones.
Concluyendo, es necesario señalar que, a pesar del TLCAN, del T-MEC y de que nos ubicamos junto a EEUU y Canadá, las principales fuentes generadoras de inversión extranjera en el mundo, contrariamente a lo que se esperaba, los resultados para Mexico en materia de captación de flujos de IED no han sido exitosos.