Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)
La evolución del comercio exterior de México con Colombia, en los 30 años más recientes presenta dos etapas bien definidas.
El periodo 1993 – 2011, muestra un crecimiento continuo de nuestras exportaciones a ese país, mismas que pasaron de 239 a 5,633 millones US, con un incremento de 5,394 millones US, equivalente a 2,257 %.
En el caso de las importaciones procedentes de Colombia, también se presenta un crecimiento que pasó de 84 a 825 millones US, lo que representó un incremento de 741 millones US, equivalente a 882%.
Para ambos países, el año de 2011, se presenta con la cifra más alta de las transacciones, aunque, en el caso de las importaciones, en el año 2008, alcanzó una cifra excepcionalmente alta de 1,072 millones US.
Así, entre 1993 y 2011, el superávit de México pasó de 155 a 4,808 millones US, siendo este último año en el que se presenta la cifra récord, con un acumulado total de 54,435 millones US en estos 19 años.
Conviene señalar que, en 2011, se firmó el Acuerdo de la Alianza de Pacífico, y el año 2012, en que entró en vigor, registró un decremento de nuestras exportaciones a Colombia de -0.73%, es decir, una reducción de -41 millones US, contrariamente, las importaciones se incrementaron en 6.3%, equivalente a 52 millones US más.
En el periodo 2012 – 2022, las exportaciones mexicanas presentan una tendencia decreciente pasando de 5,592, a 3,691 millones US en el año 2022, es decir, una caída de -1,901 millones US en los 11 años de vigencia del Acuerdo de la Alianza del Pacífico.
Paradójicamente, las importaciones registran una tendencia contraria al pasar de 877 a 2,048 millones US, con un incremento de 1,171 millones US.
En el mismo periodo, el superávit de México con Colombia se redujo de 4,715 a 1,643 millones US, con una caída de -3,072 millones US y, si tomamos como base el último año sin el Acuerdo, el descenso fue superior pues, alcanzó un decremento de -3,165 millones US.
Comentarios.
La evolución que habían registrado los intercambios de México con la Alianza del Pacífico, antes de la entrada en vigor del Acuerdo, hacían prever que continuaría un creciente desarrollo de las exportaciones mexicanas, sin embargo, los resultados en los 11 años de vigencia resultan preocupantes pues, en el periodo se presenta una disminución en nuestras ventas de -2,159 millones US, en tanto que las importaciones se incrementaron en 2,438 millones US, generando un decremento en el superávit de – 4,597 millones US y una disminución de la tasa de cobertura de -156%.
Importante es señalar que, aunque persiste un superávit acumulado en este periodo, mismo que totalizó 46,184 millones US y su tasa de cobertura promedio fue de 109%, se encuentra muy lejana de la lograda en el año 2012, de 332%, y un superávit de 6,552 millones US.
En este debilitamiento del intercambio de México con el bloque, hay que señalar que, por ejemplo, los 10 principales productos exportados a Colombia, en 2022, totalizaron 980 millones US siendo el principal rubro el de televisores con pantalla plana por 359 millones US, seguido de automóviles de 1,500 a 3,000 cm³ por 232 millones US; automóviles de 1,000 a 1,500 cm³ con 110 millones US; y refrigeradores de hasta 200 kg por 61 millones.
Sin embargo, hay que mencionar que, en el caso de los televisores, el valor de contenido nacional es de 10% y el de los vehículos de 26%, lo que nos habla de gran debilidad estructural de nuestras exportaciones y la existencia de un esquema maquilador disminuido que, por su reducido y decreciente VAN, más bien se ha convertido en un proceso ensamblador.
Los siguientes dos productos corresponden a refrigeradores y lavadoras con un total de 122 millones US, producidos por MABE; seguidos de tequila con 34 millones US; agua mineral con 34 millones US; cables eléctricos con 32 millones US; navajas y máquinas de afeitar 30 millones US; y mezclas de sustancias odoríferas con 27 millones US, mismos que en términos generales podemos considerar como mexicanos.
Por lo que se refiere a las importaciones procedentes de Colombia, los 10 principales productos parecen ser verdaderamente originarios, sumando 958 millones US y representaron el 46.78% de nuestras compras totales procedentes de ese país.
La principal importación la constituye la hulla bituminosa, seguida de coques y semicoques de hulla, aceite de palma, mezclas de sustancias odoríferas, copolímeros, fajas y fajas braga; insecticidas, películas de polipropileno y preparaciones para el maquillaje de labios, debiendo señalar que su contenido nacional parece ser netamente colombiano.
Apuntes finales
Al igual que en el comercio con Chile, se presenta una enorme diferencia en la estructura de los productos objeto de intercambio entre México y Colombia, en la que prevalece un reducido porcentaje del valor agregado en la plataforma exportadora de nuestro país.
En este sentido hay que señalar que, en el proceso de promoción de las exportaciones, pareciera que la prioridad de la parte oficial fue la firma de TLC’s para lograr una diversificación de mercados, en lugar de desarrollar la exportación creando una plataforma exportadora con mayor valor agregado y mayor diversidad de productos
Para los burócratas mexicanos, parecía que la carencia de una oferta diversificada y la nula competitividad del marco sistémico no era un problema y, si los resultados en la relación con la Alianza del Pacífico no han sido muy favorables, tampoco lo han sido con la mayoría de los países con los que han firmado TLC’s pues, con 38 de esos 54 países, registramos un déficit comercial.
Esto significa que se ha registrado decreciente generación de riqueza en México, a pesar de las supuestas ventajas negociadas, especialmente con el TLCAN, entre las cuales podemos contar que se formalizó y se facilitó la maquila, proceso que se había gestado durante más de 30 años, mismo que serviría de base para generar el desarrollo de la industria mexicana, mayor valor en los productos, una estructura de exportación más diversificada, así como una mayor integración comercial y productiva con Canadá y EEUU.
Esta situación también se presenta en el caso de Colombia, en que vemos una gran concentración de la exportación en reducido número de productos, en los que el valor agregado mexicano es muy reducido como es el caso de los automóviles y los televisores de pantalla plana en que, tres fracciones arancelarias, representaron el 19% de las ventas totales a ese país.
En este sentido, desgraciadamente se repite lo acontecido con Chile pues, con Colombia tampoco hubo estrategia de exportación alguna para desarrollarla adecuadamente, de tal manera que los 3 principales productos de exportación mexicana son el resultado de decisiones corporativas de empresas transnacionales que realizan transacciones intrafirma, muy exitosas, utilizando como centro de costos a nuestro territorio.
Se podría decir que, la industria maquiladora fue meramente “administrada” bajo un esquema inercial pues, no hubo ideas, estrategia, proyectos ni un desarrollo que permitieran ir diversificando y fortaleciendo la actividad a través de la capacitación de la mano de obra, de la incorporación de tecnología, de mayor diversidad y sofisticación de productos, así como tampoco hubo mayor integración de valor mexicano en su producción como es el caso de la industria automotriz que, en el año de 1993 contaba con un VAN de 35%, en tanto que, para el año 2018 fue de sólo 26%.
El ejemplo más emblemático de lo que se debió de haber realizado es Singapur, un país que ha basado su comercio exterior en la maquila y en el que su importación de bienes correspondió, en el año 2001 a 132% de su PIB Total, en tanto que su exportación lo fue de 138% y, aunque los porcentajes correspondientes, al año 2022, fueron de 102% y 110%, el monto de la exportación per cápita pasó de 29,638 US a 91,374 US, y el PIB Per Cápita lo hizo de 21,434 a 82,808 US.
En el caso de México, en 2001, la importación representó el 25% y la exportación fue de 28%; y los porcentajes correspondientes a 2022 fueron de 43% y 41%, de tal manera que el monto de la exportación per cápita pasó de 1,580 a 4,444 US; en tanto que el PIB Per Cápita pasó de 6,218 a 10,868 US.
Sin duda, el monto y disparidad de estas variables nos obliga a pensar más profundamente en la política de comercio exterior y la estrategia de promoción de las exportaciones.
Pensando únicamente en nuestra relación con la Alianza del Pacífico, resulta preocupante que, a partir de la entrada en vigor del Acuerdo, nuestras exportaciones a Colombia hayan descendido -1,901 millones, que nuestro superávit también lo haya hecho en -3,072 millones y la tasa de cobertura lo hiciera en -458%