Por Javier Ortiz de Montellano
El viejo capitalismo cinéfilo hollywoodense del siglo 20 todavía conserva un agudo olfato financiero y se resiste a dejar de ser La Meca del Cine, a pesar de la Desglobalización.
La feria de la mezcla de nacionalidades y géneros mostró su apogeo en esta premiación de 2023, tan espectacular como siempre, con suficientes lágrimas y risas, su dosis balanceada de agradecimientos y protestas, coronada por música en abundancia y bromas, burlas, rutinas cómicas y hasta chacota de graves problemas como la droga, sobre la comedia muy negra de terror “Cocaine Bear”, que en México se exhibe con el mediocre título de “Oso intoxicado”.
La actriz y directora Elizabeth Banks no obtuvo más premio que invitarla a hacer una parodia de su tema del oso pardo americano drogado, Inspirado en la historia real de 1985 sobre el accidente aéreo de un traficante de drogas, 30 kilos de cocaína perdida en Georgia, y el enorme oso que se la comió y murió de sobredosis; lo que ocurrió es una incógnita, pero la película se encarga de elucubrar con humor negro lo que pudo haber acontecido si un grupo de personas se hubiera enfrentado al oso pardo americano depredador drogado hasta las trancas y que la directora pone en imágenes representativas del más extremo Capitalismo Gore, provocando un aterrorizante alboroto sangriento comparable a las matanzas reales por los narcos en la vida real).
El filme sobre el multiverso “Todo a la vez en todas partes” fue la gran vencedora tras conseguir siete Óscares, entre las que destacan mejor dirección para Daniel Kwan y Daniel Scheinert, mejor película, mejor actriz para Michelle Yeoh, que es la primera actriz de ascendencia asiática en ganar este premio; y los galardones al montaje, guión original e intérpretes de reparto: Ke Huy Quan y Jamie Lee Curtis.
No faltó el drama psicológico que recibió el galardón al mejor actor protagonista ha sido para Brendan Fraser por su papel en La Ballena.
Para no olvidar las guerras mundiales (pasadas y ni hablar de la necrófila máquina de guerra en la actualidad) se premió la película alemana Sin novedad en el frente, que se ha llevado el Premio Oscar a la mejor película internacional y en total ha logrado cuatro estatuillas.
La fantasia del italiano muñeco Pinocho, del mexicano Guillermo del Toro, ha sido premiada como mejor película de animación, complaciendo al enorme público cinéfilo hispanohablante que vive dentro y fuera de Hollywood, especialmente el mercado chicano en California pero también en Texas y otras entidades como Puerto Rico, el latinoamericano en el continente y hasta en la “Madrastra Patria” en España.
Y más de un guiño globalizador a “Bollywood” (término usado para la industria cinematográfica en idioma hindi, ubicada en Bombay, la ciudad más poblada de la India) con sus imitaciones hindúes de bailables y canciones copia de las comedias musicales estadounidenses, de ese universo primario embellecido por el fausto del Hollywoodiano tecnicolor, del que vive parasitariamente, como todo el mundo de las pantallas.
Así, la hegemonía estadounidense en el entretenimiento se mantiene predominante, al menos en recaudación de la taquilla mundial y sus regalías.