Por: Víctor M. Zendejas Orozco*
Después de Brasil, México es el segundo mayor consumidor de sopas instantáneas en América Latina donde por ignorancia, falta de tiempo o incapacidad para acudir a alimentos caseros, las personas prefieren ese tipo de productos altamente procesados con aditivos químicos, nocivos para la salud y empaques antiecológico.
Recientemente la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) retiró de los establecimientos comerciales 130 mil unidades de sopas instantáneas de 12 marcas por haber determinado que las etiquetas son engañosas al no declarar su información nutrimental.
El titular de la Profeco, Ricardo Sheffield Padilla, aseguró que varias de esas sopas dicen tener queso y pollo, cuando no contienen estos ingredientes y comparó: “besando a un pollo uno obtiene más pollo que con esas sopas”.
El consumo de sopas instantáneas son un producto muy popular y su consumo se ha disparado hasta en un 43 por ciento, por lo que en México se han consumido en el término de un año más de mil 200 millones de unidades.
De las cajas inmovilizadas por la Profeco, ésta dio a conocer que dichas sopas contienen menos de 5 por ciento de vegetales y que el pedazo de verdura es de 0.8 gramos, “cabe en la punta de la uña, aunque en la foto tiene verduras muy saludables”.
Contienen exceso de sodio por lo que de cada 100 gramos de sopa preparada, cada una puede contener entre 181 y hasta 398 miligramos por lo que se debería incluir una etiqueta que advierta, lo que muchas de las marcas incumplen.
Además de su alto contenido de sodio son altas en grasas, grasas saturadas, así como glutamato monosódico, el cual puede afectar los sistemas de saciedad del cuerpo y llevar a un incremento de peso, lo que deriva en distintas enfermedades
La Profeco cuestiona que esos productos contengan azúcar y sal al mismo tiempo, pero se deduce que la industria de sopas instantáneas lo utiliza para diluir los sabores irritantes y generar el gusto que provoca combinar sus sustancias, además de hacerlas adictivas al gusto del paladar.
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Antes de este sexenio, las personas consideraban a la Profeco como un instrumento al servicio de los grandes negocios en perjuicio del consumidor. ¿Con esa medida se vislumbra un cambio a favor del que consume?
*Presidente de la ONG Franature