Por Eduardo Ibarra Aguirre
La exigencia del Consejo Mexicano de Negocios, el mayor grupo de los que todavía se creen dueños de México, y el Consejo Coordinador Empresarial, el organismo cúpula de la patronal, para que las autoridades electorales –el INE y el TEPJF– realicen una “interpretación sensata, justa, equilibrada y apegada a la Constitución y a la voluntad del pueblo mexicano”, para que la sobrerrepresentación no sea mayor al 8% respecto de los votos obtenidos en las urnas el 2 de junio, se topó con pared en Palacio Nacional en una de las mañaneras, la del 19 de agosto, más trascendente y concisa del primer sexenio de la Cuarta Transformación.
Allí, el presidente Andrés Manuel colocó los puntos sobres las íes con varias afirmaciones y preguntas, pero una destacó sobre todas: “¿Cómo piden que se interprete la Constitución, si es muy clara, y lo mismo la ley de la materia? Además, si ya se ha aplicado de esa forma en elecciones anteriores, ¿por qué ahora, que el movimiento de transformación, porque así lo decidió el pueblo, va a tener mayoría calificada en el Congreso, no quieren que se aplique la Constitución, la ley en la materia y las resoluciones que se han hecho con anterioridad?”
Y el mismo López Obrador respondió a los magnates, algunos de los cuales figuran en la exclusiva lista de Forbes, que el CCE “está pidiendo que se viole la Constitución, en pocas palabras”. Más todavía, “Están descarándose, están definiéndose por la corrupción y no quieren un auténtico estado de derecho, quieren un estado de chueco”, al pedir al Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación “que se interprete la Constitución” para asignar las diputaciones plurinominales en el Congreso. Se trata, explicó, de una actitud “completamente inmoral” que tiene como objetivo que la 4T no logre mayoría calificada en la Cámara de Diputados y el Senado para impedirle realizar reformas constitucionales.
Concluyó sin atenuantes que “Es mucha prepotencia que los que se sienten dueños de México quieran tener a sus pies a jueces, a magistrados y a ministros”.
En su propio espacio comunicacional de Iztapalapa, la presidenta electa explicó con peras y manzanas que Acción Nacional “ganó 32 diputados de mayoría, le tocan 36 de representación proporcional, ¿quién está sobrerrepresentado? Digo, si usamos la palabra”. El Revolucionario Institucional “ganó nueve distritos, le tocan 24”. Y remató: “En todo caso, están sobrerrepresentados los de minorías, ¿por qué? Pues porque tienen más diputados que los que ganaron, pero así está hecha la ley”.
Para completar su visión sobre el carísimo tema, Obrador propuso el martes 20 a los cinco plutócratas más acaudalados (Forbes), Carlos Slim Helú, de América Móvil; Germán Larrea Mota Velasco, de Grupo México; Ricardo Salinas Pliego, de Grupo Salinas; Fernando Bailléres, de Grupo Bal; y María Asunción Aramburuzabala, de Grupo Tresalia, a que se pronuncien sobre el tema de la sobrerrepresentación legislativa en el espacio y el momento que ellos decidan para que el debate se enriquezca y nadie se parapete en los “membretes” para defender e imponer sus intereses facciosos.
O como dijo la doctora Claudia en coincidencia puntual con AMLO, no están en juego las inversiones del país, al garantizar que en su gestión se mantendrá el estado de derecho y se cumplirá la ley, pero “mientras antes lo que decían los empresarios se convertía en política pública, ahora no es de esta manera”. Antes como antes, ahora como ahora, diría el clásico de Tepetitán, apoyándose en la sapiencia de uno de los más comunes que corrientes, despreciados durante siglos.
Acuse de recibo
Dicen que el miedo no anda en burro, pero Ricardo Anaya, excandidato presidencial y presunto prófugo de la justicia, “no descarta la posibilidad de promover un amparo contra cualquier orden de aprehensión y así estar en posibilidad de ingresar a México para presentar su constancia de senador electo, recibir su credencial de identificación, así como rendir protesta el 29 de agosto”… Anabel Hernández, la analista consentida de Carmen Aristegui, después de José Ramón Cossío, es “una calumniadora que tiene vínculos con la DEA”, insistió AMLO durante la mañanera del 16… Hasta la conductora y bailarina Patricia Navidad la exhibió sin consideración alguna y la obligó a guardar silencio al confrontarse en público… Enrico Berlinguer, un gigante del comunismo italiano e internacional en la segunda mitad del siglo XX, nos dejó hace cuatro décadas. Cenamos con él en Génova, después de la clausura de la Fiesta Nacional de L’Unitá, el 17 de septiembre de 1978, tras un inolvidable mitin por multitudinario, combativo y un discurso harto reflexivo. Lo volví a ver durante las exequias del Partido Comunista Mexicano, en noviembre de 1980, como orador y testigo de honor… Le comparto el enlace a una opinión del investigador de la Autónoma Metropolitana, Jaime Ortega, https://www.jornada.com.mx/2024/08/19/opinion/017a1pol
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