Por Javier Ortiz de Montellano
Vilém Flusser fue un filósofo, escritor y teórico de la comunicación nacido en Checoslovaquia en 1920 y fallecido en 1991. Menos conocido que el canadiense Marshall McLuhan, famoso por su libro El Medio es el Mensaje (1964), donde señala que la interdependencia mundial traería una “aldea global”, caracterizada, sin embargo, por la pasividad de los espectadores-televidentes.
Flusser en cambio se centra en cómo los medios y las tecnologías influyen en nuestra capacidad de participar ac-ti-va-mente en el mundo. Las tecnologías mediáticas nos limitan a un “universo programado” donde nuestras opciones y decisiones son predefinidas, pero Flusser propone que debemos ser conscientes de estos programas y buscar formas de superarlos para ser agentes activos en la sociedad.
Flusser desarrolló así una visión diferente del papel de la imagen en la sociedad contemporánea. Argumentó que los medios no son sólo una extensión sensorial del ser humano, como afirmaba McLuhan, sino que de hecho vivimos en una cultura de la imagen, en la que las imágenes son fundamentales para nuestra comprensión y experiencia del mundo. En pocas palabras, las imágenes no son sólo representaciones pasivas de la realidad, sino que tienen una influencia activa en la forma en que pensamos y percibimos.
Aunque empezó por analizar la imagen en su libro de 1963 “Lenguaje y Realidad” es en la publicación de 1984, “Hacia una filosofía de la fotografía”, donde Flusser examina cómo el video y otras tecnologías de la imagen en movimiento afectan las formas de pensar y de comunicarnos. Sostiene que el video tiene la capacidad de alterar nuestra percepción del tiempo (lo acelera) y el espacio (nos lleva a experimentar el mundo de una manera más fragmentada y no lineal). El análisis de Flusser se da en coincidencia con el significativo libro de Orwell, “1984”, con el lanzamiento de la súper computadora personal Macintosh mediante un célebre video contra el súper Dictador “Big Brother” concentrador de información de la anti-utopía Orwelliana que se supone sería derrocado por las múltiples computadoras personales que controlarían sus propios datos. La utopía de Steve Jobs en Apple.
Flusser también reflexiona sobre la relación entre video y poder. En su trabajo analiza cómo el video puede ser utilizado tanto como instrumento de control y vigilancia como herramienta de expresión y resistencia. Desde su perspectiva crítica, Flusser plantea la importancia de que los individuos sean conscientes de las estructuras y discursos que subyacen a la producción y consumo de videos, y que sean capaces de cuestionar y desafiar las narrativas dominantes.
«Los economistas y los publicistas nacieron al mismo momento»: Maurizio Lazzarato
Maurizio Lazzarato, sociólogo y filósofo italiano, adelantaba desde 1997 en su escrito “Videofilosofía: La percepción del tiempo en el posfordismo”, la cartografía del poder actual en el capitalismo digital contemporáneo. Examinaba el crecimiento en importancia y el papel estratégico jugado por los videos como máquinas de expresión (de la opinión, la comunicación, el marketing, la política, etc).
Resalta así los puntos más sensibles de la actual sociedad de control y vigilancia, como lo es el gobierno de las almas (espíritu, ánima, ánimo, creatividad) a través de videos, pues aborda temas como el poder y el control en la sociedad mediática, la manipulación de imágenes y la creciente producción de subjetividades a través del video (identidades virtuales, avatares, influencers, etc).
Lazzarato examina cómo el video ha sido utilizado como una herramienta de dominación y vigilancia, pero también destaca su potencial para desafiar y resistir las estructuras de poder existentes. También explora cómo el video influye cada vez más en la sociedad contemporánea y en la política. Sostiene que el video ha creado nuevas formas de poder y control, especialmente a través de la vigilancia y la manipulación de imágenes. Examina cómo el video ha afectado nuestra percepción, nuestra memoria y nuestra forma de relacionarnos con los demás. El video está cambiando radicalmente la forma en que experimentamos el tiempo, el espacio y la realidad.
«El capitalismo no es un modo de producción, sino una producción de modos, incluso como un modo de destrucción», según su definición. Son esos modos de ser, vivir, pensar y hacer la guerra, que crea la mercadotecnia (publicidad económica y también propaganda política-electoral) para influenciar nuestros consumos o nuestros votos y decisiones sobre la paz o la guerra.
El aparato de vídeo se utiliza no sólo para ver (como su raíz etimológica sugiere) sino para crear situaciones, para intervenir en el acontecimiento. Requiere una respuesta; implica la actividad del espectador-creador, dejando atrás al pasivo televidente. Los videos crean situaciones.
Lazzarato sostiene que el video no solo ha cambiado la forma en que vemos el mundo, sino que también ha transformado la naturaleza misma de la filosofía. El autor argumenta que el video altera nuestra percepción y comprensión de la realidad al proporcionar una multiplicidad de perspectivas y puntos de vista. Además, señala cómo el video ha permitido la democratización de la producción de conocimiento y la participación ciudadana al brindar a las personas la capacidad de producir y compartir sus propios videos.
El libro también aborda temas como el poder y el control en la sociedad mediática, la manipulación de imágenes y la producción de subjetividades a través del video. Lazzarato examina cómo el video ha sido utilizado como una herramienta de dominación y vigilancia, pero también destaca su potencial para desafiar y resistir las estructuras de poder existentes.
El autor también explora cómo el video ha influido en la sociedad contemporánea y en la política. Sostiene que el video está creando nuevas formas de poder y control, a través de la vigilancia y la manipulación de imágenes. Además, examina cómo el video ha transformado las prácticas artísticas y cómo los artistas han utilizado este medio para explorar nuevas formas de expresión y representación (nótese el uso creciente de Tik Tok y aplicaciones similares para crear “subjetividades” en arte o en política (en busca del voto…perdido) y en la economía (para influir en el consumo, el ahorro o la inversión), en este capitalismo financiero, informático-mediático y militarizado (videodrones, armados o de vigilancia).
Lazzarato analiza una amplia gama de temas, desde la teoría de la imagen y la semiótica hasta la política y la estética. Propone una visión crítica y reflexiva sobre el impacto del video en nuestra sociedad y nos invita a repensar nuestra relación con este medio, ya sea como una herramienta de vigilancia y control, que puede llegar hasta el crimen digital (jaqueos, estafas, acoso, etc), así como una forma de resistencia colaborativa y liberación potencial también inherente a esta tecnología de cada vez más fácil acceso.
Crimen digital: Linchamientos
Todo un tema. Se entiende por linchamiento digital el resultado de todo tipo de ataques, insultos y acoso generados a través de las redes sociales en internet, normalmente de manera viral, en contra de una persona y/o su opinión. El libro de Ana María Olabuenaga, Linchamientos digitales, publicado en 2019, le puede orientar sobre el lado obscuro de ese mundo en que la controvertida Twitter o Instagram onYoutube, etc, puede arruinar relaciones personales, negocios, candidaturas y hasta acabar con la vida de una persona por el acoso que la puede orillar al suicidio.
En un mundo regido por los likes y por la necesidad de reconocimiento y de validación, ¿quién determina lo que es correcto y lo que no? ¿Cuál es el límite de la libertad de expresión? Este libro, entre otros muchas informaciones brinda conocimientos relevantes sobre el tema, no solo a nivel mundial sino que aborda casos sucedidos en México, como los de Nicolás Alvarado y Marcelino Perelló, para estudiar en concreto uno de los fenómenos sociales más controversiales de nuestra era: el derecho a la privacidad versus los linchamientos digitales.