¿Y por qué no?, Opinión

¿Y por qué no?/África y América Latina y el Caribe. Problemas similares ¿soluciones similares?/Vidal Ibarra Puig

Tamaño Economía Africa

Por Vidal Ibarra Puig[1]

Hace algunos días se llevó a cabo nuestro XV Seminario Departamental de Investigación. En este seminario se presentan los avances de nuestros proyectos de investigación en curso, además de servir de fondo para una convivencia tan necesaria en el medio académico y laboral, para discutir, respetuosa y seriamente, nuestros resultados de investigación.

En esta ocasión yo presenté un trabajo sobre “África y América Latina y el Caribe. Problemas similares ¿soluciones similares?”, del cual me permito reproducir algunos párrafos (el texto final aparecerá en un libro al efecto). Lo primero que señalé fueron las riquezas de África, las cuales quedan ilustradas en la siguiente figura (fuente de la figura de la izquierda: WEF).


Como se puede apreciar, las riquezas naturales de África son inmensas, lo cual también ha sido su perdición, pues la pelea por acceder a ellas ha sido la causa de muchas guerras; además de los conflictos étnicos derivados de la arbitraria repartición del continente en la conferencia de Berlín de 1884 y las salvajes expoliaciones de que fueron objeto algunos de estos países, como el Congo Belga[2].

Las guerras entre estados, las guerras civiles y los regímenes autoritarios, han sido una gran carga para el desarrollo del continente de tal manera que los conflictos cuestan a los países africanos una media de $18,000 millones de dólares al año.

También (después de la caída de la URSS), de los almacenes ucranianos se equipaba todo tipo de grupos rebeldes de Sudán, Malí, Líbano, Somalia, Yemen y, más recientemente, Libia, Siria e Irak. Se calcula, según OXFAM, que Angola, Argelia, Burundi, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo (DRC), República del Congo, Costa de Marfil, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Liberia, Níger, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sierra Leona, Sudáfrica, Sudán y Uganda, perdieron alrededor de 300.000 millones de dólares desde 1990 hasta 2006.

Si nos fijamos en la influencia de los conflictos ocurridos en el continente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, podemos observar un patrón reconocible: las bajas que se han producido en el continente debido a los conflictos militares entre Estados rondan los 4.5 millones, mientras que los muertos por culpa de las guerras civiles superan los 14 millones. Las guerras civiles muchas veces han estado auspiciadas por los países del primer mundo…Si realizásemos un estudio más amplio en el que incluyésemos a las víctimas de los diferentes regímenes totalitarios durante todo el siglo XX, la cifra de fallecidos pasaría sin duda de los 30 millones (Corcoba).

El tamaño de las economías africanas queda ilustrado por la siguiente gráfica.

Es de notar que el valor del PIB de México fue de 1,424.5 mmd, o sea casi tres veces más que el más grande de África. Los primeros 5 países de los 54 de África (Nigeria, Egipto, Sudáfrica, Argelia y Marruecos) representan el 57 por ciento del PIB del continente.

Insistimos en el potencial y real riqueza del continente africano: sus recursos pesqueros deben ser explotados racionalmente y en beneficio del continente; además en el subsuelo continental y marítimo existen riquezas petroleras y de gas, cuya explotación apenas comienza. Es de señalar que el comercio intrarregional es apenas el 12.6 por ciento de las Importaciones y el 20 por ciento de las exportaciones del continente.

Otro elemento importante a considerar es la población y su crecimiento, el cual, si bien es un desafío, debe de verse también como una oportunidad por el bono demográfico que representa: la juventud siempre es fuente de esperanza. Destaca el fuerte incremento de la población en los últimos 20 años en tres países: Guinea Ecuatorial, Níger y Angola.

Vemos que en Guinea Ecuatorial la población aumentó 55 por ciento de 2001 a 2020, mientras que en Niger lo hizo en 51 por ciento, y en Angola 49 por ciento.

También se tiene que, a pesar de las diversas iniciativas para reducir el peso de la deuda externa de los países de la región, el endeudamiento sigue siendo una carga muy fuerte para muchas economías africanas.

Nosotros no creemos a pie juntillas en esa frase de que una deuda es manejable si cumple con ciertos índices; una deuda es una deuda y se paga, no hay de otra. Por ejemplo, un país que tenga una deuda externa de 50,000 millones de dólares, con una tasa de interés de 10 por ciento, debe dedicar, en otras palabras, 5,000 millones de dólares al año para honrar esa deuda; dinero que podría ser utilizado internamente para salud, educación, etcétera, en esos países.

Las conclusiones de nuestra ponencia fueron, en resumidas cuentas, que África no es un continente pobre: lo han empobrecido las guerras y la explotación de sus riquezas. El futuro de África debe de ser decidido por los africanos con la colaboración de las agencias internacionales, pero buscando objetivos de bienestar amplios, tal como lo está haciendo la Unión Africana.

Cuide su salud, cuide su dinero. Use cubrebocas, por favor; el virus está lejos de ser controlado, y la reciente enfermedad de amlo así lo muestra.


[1] Departamento de Economía, UAM Azcapotzalco/viip@azc.uam.mx

[2] Puede verse al efecto “Breve historia de las guerras en África”, de Óscar Corcoba Fernández, Ed. Nowtilus, 2019.