Por Vidal Ibarra Puig[1]
Estas dos últimas semanas AMLO, y de paso México en su conjunto, se han visto arrastrados a una serie de problemas internacionales, debido a la falta de atención (o desconocimiento por parte del presidente), de la situación internacional, tanto de las relaciones políticas internacionales, así como de las relaciones económicas.
En primer lugar, AMLO se ha negado a transferir la presidencia de la Alianza del Pacífico a Perú, como debió haberlo hecho desde finales del año pasado; y no lo ha hecho bajo el argumento de que el expresidente Pedro Castillo es el legítimo presidente del Perú, cuando la verdad es que el señor Castillo violó la Constitución peruana y ahora está en la cárcel sufriendo las consecuencias. Tan culpable es el señor Castillo que, en su momento, incluso la mayoría de los diputados de su partido votaron por su destitución.
A raíz de esta posición de AMLO, el pleno del Congreso de la República de Perú declaró el jueves 25 persona non grata a López Obrador, “por sus repetidas declaraciones sobre asuntos internos de Perú, puntualmente por sus expresiones contra la mandataria Dina Boluarte, y la negativa a transferir al país andino la presidencia de la Alianza del Pacífico”.
Como ya hemos mencionado (y puede ser consultado en diversos sitios, en especial leyendo la Constitución peruana, disponible en línea), el que violó la Constitución fue el señor Castillo, promoviendo un autogolpe de estado; esta acción le falló y fue capturado cuando huía hacia la embajada de México, donde planeaba pedir asilo político. Una vez detenido, ha estado llamando a la insurrección contra el gobierno de la señora Boluarte, lo cual ha provocado casi 70 muertos.
Por otro lado ¿qué es la Alianza del Pacífico? La Alianza del Pacífico es una iniciativa de integración regional conformada por cuatro países miembros: Chile, Colombia, México y Perú, más otros países en proceso de incorporación y otros países asociados, más aparte 42 países observadores en cuatro continentes. Su finalidad es constituir un área integrada con libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, y con ello lograr un mayor bienestar para sus habitantes. Uno de sus principales mercados objetivo es el que se extiende en el litoral asiático del Pacífico, una de las regiones fundamentales de la economía global.
A raíz de la declaración del Congreso de Perú hacia AMLO (la denominación de non grata es una vergüenza internacional para nuestro país y un descrédito terrible en América latina), el presidente anunció el viernes que el gobierno suspenderá temporalmente las relaciones comerciales y económicas con Perú.
Pero ¿tiene AMLO facultades para frenar el libre comercio de mercancías y de personas entre las dos naciones, máxime que estamos ambos países en la mencionada Alianza del Pacífico? ¿cuáles son los argumentos? ¿Va a cerrar las fronteras a los productos del Perú? ¿Qué ley lo autoriza? ¿Él puede impedir que las empresas comercien? ¿Qué ley les impedirá a las empresas mexicanas exportar? ¿Y los impactos en el turismo? ¿Ya no van a poder ir a Perú los mexicanos a visitar Machu Pichu, ni los peruanos venir a Cancún y Teotihuacán?
No debemos de olvidar además que Perú y México suscribieron desde 2011 un Tratado de Libre Comercio (TLC).
El comercio de México con Perú queda ilustrado por la siguiente gráfica.
Como se puede observar, de manera casi general sobre todo a raíz del TLC firmado con Perú, nuestras ventas son mayores que nuestras compras a ese país.
La principal venta de México a Perú en 2022 fue Minerales de Cobre y sus Concentrados (US$191M). Los principales orígenes de las ventas hacia Perú fueron Ciudad de México (US$449M), Estado de México (US$328M) y Sonora (US$194M). La principal compra de México a Perú en 2022 fue Uvas Frescas o Secas. Incluye Pasas (US$94M). Los principales destinos de las compras realizadas a Perú fueron Ciudad de México (US$340M), Jalisco (US$129M) y Nuevo León (US$69.3M).
Note usted que los minerales de cobre y sus concentrados, los puede comprar Perú de Chile (donde tal vez incluso le salgan más baratos) ¿Estarán de acuerdo los empresarios mexicanos, y sus trabajadores, en perder ese mercado, así como los demás productos que les enviamos?
Pero además, México se enfrenta a problemas legales serios: desde una denuncia internacional por negarse a entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico a Perú, hasta reclamaciones, con fuertes sanciones económicas, por la violación de los Acuerdos de la Alianza y, peor aún, por el incumplimiento de lo firmado en TLC con Perú ¿ya se pensó además que los compradores peruanos pueden demandar a las empresas mexicanas por incumplimientos de contratos? ¿quién las va a defender y quién va a pagar esa defensa y sus costes de incumplimiento?
Luego entonces, así no es señor presidente.
Es entendible que usted no quiera saber nada de las relaciones políticas ni económicas internacionales de México, esa es su decisión; pero arrastrar al país a una vorágine de denuncias e incertidumbre por situaciones personales e ideológicas no es lo mejor para México.
Cuide usted su salud, cuide su dinero. Una cosa es eliminar por decreto una pandemia (lo cual podría aplicar en los países desarrollados, donde ya tienen 4 refuerzos de las vacunas certificadas) y otra situación es la de nuestro país, donde únicamente se está aplicando a últimas fechas la vacuna Abdala, la cual no ha sido reconocida por la OMS.
[1] Profesor en el Departamento de Economía, UAM Azcapotzalco, [email protected]