Por Vidal Ibarra Puig[1]
La semana pasada se dio la noticia de que se había llegado a un acuerdo sobre el incremento a los salarios mínimos en México para el año 2023. Esto, que parecería ser una buena noticia, no lo es tanto en la situación actual de la economía mexicana. Veamos.
La inflación en México se ha venido incrementando desde el tercer trimestre del año 2020, es decir, desde antes del conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Este aumento de los precios era un aviso de que algo venía mal en la economía mexicana de manera estructural, no coyuntural provocada por la guerra, la cual comenzó hasta el 2021.
Por otro lado, recordemos que, durante la pandemia, no se dieron apoyos a las empresas ni a las personas como medio para enfrentar la crisis (“Que se las arreglen como puedan”, decían en el gobierno). Por lo anterior, cerraron miles de empresas (sobre todo micro, pequeñas y medianas empresas) y se incrementó el desempleo y la pobreza. Cifras de la CEPAL nos dicen que la tasa de pobreza pasó de 7.7 por ciento en 2018 a 9.2 por ciento en 2020, mientras que la de pobreza extrema aumentó de 35.5 a 37.4 por ciento de la población en dichos años.
Como ya hemos comentado en nuestras colaboraciones, la inflación no tiene una sola causa, y en lo particular, en el caso de México, creemos que una parte de la inflación es causada por la falta de oferta de bienes por dos causas: el cierre de empresas nacionales y no apoyos al sector agropecuario; pero también por la falta de piezas para producir, como es el caso de los microchips utilizados en la industria automotriz, los cuales, al faltar, frenaron la producción en diversos momentos.
Pero ahí es donde entra otra causa de la inflación: inflación por demanda, ya que al darse aumentos de salarios tan fuertes y tan de repente, presionan vía un aumento de la demanda a la estructura productiva, la cual no puede responder a la nueva demanda y de ahí otra presión para el incremento de precios. En el siguiente cuadro se aprecia que los bienes que más resienten la inflación en estos momentos son las mercancías, especialmente los Alimentos, Bebidas y Tabaco; y por el lado de los Servicios, la Vivienda ha aumentado su precio (y varios de nuestros lectores lo pueden atestiguar por la renta que pagan, ya sea por su vivienda o por el local de sus negocios).
De manera adicional, las empresas de cualesquier tamaño, al estarse apenas recuperando de la crisis, no pueden absorber un incremento salarial tan fuerte del 20 por ciento de golpe, por lo que trasladan este incremento salarial a los precios que producen (inflación por costos); y, por el lado del comercio, el mecanismo de mercado detecta que hay una mayor demanda y al aumentar esta, el mercado pudiera responder aumentando la oferta, pero en el momento actual de falta de apoyos, en especial para el sector agropecuario, lo más probable es que los alimentos sigan aumentando su precio pues la oferta es inelástica al corto plazo.
Y en lo que toca especialmente respecto al sector agropecuario, el gobierno anunció restricciones para importar maíz de semillas transgénicas, o sea se trata de maíz amarillo destinado al forraje de animales y para cuyo cultivo se utilizan transgénicos. Es de notar que para el consumo humano se utiliza maíz blanco, en el cual México es autosuficiente.
Al ser México importador del maíz amarillo para la alimentación de ganado bovino, ovino y porcino, lo que está haciendo con esta medida es escasear este producto, por lo que es de esperar un aumento de su precio y de los derivados de los productos de los diversos tipos de ganado.
Lo que llama la atención, por otro lado, es que para el maíz blanco, donde somos autosuficientes, ha otorgado permiso para la importación libre de este producto, con lo que presiona a la baja el precio y así desplazará a los productores nacionales; pero también pone en riesgo la salud de los mexicanos con estas importaciones, pues no es necesaria la autorización sanitaria para estas importaciones.
En resumen, estimado lector, estimada lectora, lo mejor hubiera sido un aumento paulatino de los precios a lo largo del año, a la par que se daban apoyos a las empresas, en especial a las del sector agropecuario. Pero el hubiera no existe.
Cuide su salud, cuide su dinero, pues esperamos un repunte inflacionario. Use cubrebocas, por favor.
[1] Profesor en la UAM Azcapotzalco, Departamento de Economía.