Por Vidal Ibarra Puig[1]
Desde 1990 a 2022, las ventas al exterior de Brasil han sufrido una transformación en su estructura: haciendo un uso extensivo de sus ventajas absolutas, se han dedicado a explotar el sector agrícola y algo del sector energético, de tal manera que en el periodo bajo análisis, el porcentaje de exportaciones de este tipo de bienes primarios ha aumentado [2], (ver gráfica 1.)
Este aumento en las exportaciones de este tipo de bienes, ha sido en detrimento de todas las demás exportaciones, lo cual a nuestro juicio es una apuesta peligrosa, pues deberían enfocarse a seguir con el desarrollo de sectores de alta tecnología, como es el caso de la aviación y la aeronáutica, así como del sector automotriz (tecnología media), (gráfica 2. Ver Braga (2022).
De hecho, destacan entre sus más importantes exportaciones las Partes para motor de los vehículos de los subsectores.
Las características del desarrollo de Brasil nos parecen una apuesta arriesgada pues los precios de las materias primas están sujetas a muchas presiones, entre ellas, a las de que hay varios países oferentes del mismo producto, además de que las condiciones climatológicas muchas veces juegan en contra de los países productores de estos bienes.
Como hemos visto en nuestras aportaciones anteriores, en el caso de los países asiáticos exitosos, la apuesta por el desarrollo de ventajas competitivas ha demostrado ser más exitoso.
[1] Profesor en el Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco
[2] Como ya mencionamos, se pueden ver los textos de Braga C. (2022) “Brasil. Un camino agitado”, y Hernández T. J. M. (2022) “El sector agrícola en América Latina. El caso del Boom de la soja y el impacto en la estructura de producción agropecuaria del MERCOSUR”, ambos en Ibarra-Puig V. (2022) (coordinador) “Comercio y Desarrollo en América Latina y el Caribe 1980-2020. Visión retrospectiva y propuestas para un siglo post Covid-19”, Ed. UAM Azcapotzalco.