Por Vidal Ibarra Puig[1]
Comencemos con la primera lección. Economía I. Cuando el dólar estaba a $20 y un migrante enviaba 100 dólares su familia recibía $2,000. Con el dólar a $18, la familia recibirá $1,800.
Esto es una simple operación matemática, que no requiere mayor explicación: los primeros perjudicados con la disminución del tipo de cambio, que es el valor del dólar, son los que reciben dinero del extranjero, vía remesas.
Pero al estar el dólar más barato, se tiende a importar productos más baratos del extranjero, por lo que dejamos de comprar productos nacionales, y por lo tanto las empresas mexicanas ven disminuidas sus ventas, y se cierne la amenaza de despedir empleados, con lo cual se incrementaría el desempleo y la pobreza.
Los empresarios que exportan también reciben menos dinero en moneda nacional, por lo que los bienes nacionales que consuman les van a salir más caros.
Además, para el extranjero, nuestros productos salen más caros (el dólar ya no vale tanto y entonces compran menos, antes compraban el equivalente a 20 pesos y ahora solo el equivalente a 18 pesos) por lo que los adquirientes de mercancías mexicanas comprarán productos de otros países o se irán a destinos turísticos donde el dólar valga más.
Otro punto es que, al estar el dólar más barato, se pueden comprar más dólares y así muchos mexicanos prefieren viajar al extranjero, o estarse allá más tiempo, pues les sale más barato; con lo que, en lugar de ir a Cancún, por decir algo, se van a Miami pues ya no es tan caro (y además conocen otro país, otras costumbres). En otras palabras, menos ventas en el sector turístico y salida de divisas.
Vale anotar que, en la actual situación de México, la inflación se está comiendo, por así decirlo, el salario: la carne de todo tipo, el huevo, las verduras, el transporte, las colegiaturas, todo está subiendo de precio y el dinero alcanza menos. Cada ida al super sale más cara. Y si lo que viene del extranjero sale más barato, pues el consumidor compra esos productos, con lo que dejan de comprar, otra vez, productos nacionales, reforzando la presión sobre el empleo en las empresas del país.
Por lo demás, el peso no es el único que se ha fortalecido, como dicen los economistas; es más bien el dólar el que se ha debilitado con respecto a varias monedas a nivel mundial. O sea que no es porque tengamos una economía más fuerte: al contrario, vamos muy mal. Las estimaciones de crecimiento del Producto Interno Bruto para la economía para este año son apenas del 1.2 por ciento, uno de los peores desde hace muchos años ¿cómo es que entonces el dólar se abarata si la economía de México está mal?
Por la entrada de remesas.
Dado que en todo este sexenio no se han creado empleos formales en la cantidad suficiente (muchos de los empleos nuevos se están dando en la informalidad o en el autoempleo), y también ha aumentado la inseguridad, esto ha llevado a que muchos paisanos se vayan a Estados Unidos y envíen dólares a México, con lo que hay una gran cantidad de dólares. Además, según algunos especialistas, están entrando muchos dólares producto tal vez del narcotráfico. Entonces, al haber muchos dólares, su precio (que es el tipo de cambio) se abarata.
No hay que olvidar adicionalmente la caída tan fuerte que tuvo la economía y la inversión durante el año 2020 por el no otorgamiento de apoyos a las empresas ni al empleo. Esto provocó que la inversión cayera estrepitosamente; y un efecto positivo que uno esperaría de tener un dólar más barato sería que se importaran más bienes de capital y se impulsara la inversión y la creación de empleos formales, pero esto no ha sucedido ante el clima de falta de respeto al estado de derecho y otros factores.
La inversión no ha logrado recuperar los niveles previos a la pandemia. El freno a la inversión además se está dando pues el banco de México ha incrementado a niveles no antes vistos, la tasa de interés, por lo que los créditos salen muy caros y se frena la inversión (y los consumidores pagan más por el uso de sus tarjetas de crédito, por ejemplo).
Ante estas circunstancias, en otras condiciones el Banco de México ya hubiera instrumentado una serie de medidas para esterilizar la entrada de tantas divisas por la vía de las remesas; pero creemos (ojalá nos equivoquemos) que la falta de respuesta del Banxico es la evidencia de que las actuales autoridades en el banco central, al no tener la experiencia necesaria en asuntos monetarios y financieros, no saben qué hacer con la política monetaria del país.
Algunos agentes económicos, por lo demás, pueden aprovechar la actual situación para comprar dólares baratos ante la posibilidad de que, una vez más, se de una crisis sexenal como en los setentas del siglo pasado, cuando se concentró demasiado poder en el presidente ¿Recuerdan la frase de Echeverría “las finanzas se manejan desde Los Pinos”? Pues algo similar es ahora con una gobernadora del Banco de México que debe su nombramiento, irregular por cierto, al actual presidente.
Y en cuanto a la inflación, recordemos que, en su afán de contener el alza de precios, el gobierno ha permitido la importación de muchos alimentos, más baratos en el extranjero, sin ningún control sanitario. Esto, además de desplazar a los productores nacionales, ha puesto en riesgo la salud de los mexicanos.
Respondiendo entonces a la pregunta: ¿le conviene a México que suba o que baje el dólar?
Pues en nuestra opinión, en las actuales circunstancias de alta inflación y escasez de empleos formales, el que se abarate el dólar definitivamente no es tan bueno; al contrario, perjudica a la economía mexicana.
Cuide su salud, cuide su dinero. Use cubrebocas, por favor. Y si se vacuna, procure que sea con algún medicamento ya autorizado por la Organización Mundial de la Salud.
[1] Profesor en el Departamento de Economía, UAM Azcapotzalco.