¿Y por qué no?, Opinión

¿Y por qué no?/Pemex se hunde; sus bonos de deuda son peor que Bonos Basura/Vidal Ibarra Puig

Pemex basura-2

Por Vidal Ibarra Puig[1]

¿Qué significa que los Bonos de deuda de Pemex sean ahora considerados peor que Bonos “basura”, tal como ya los clasifican las empresas calificadoras?

En la década de los 80s del siglo pasado, se dieron una serie de innovaciones financieras en Estados Unidos, impulsadas por el entonces presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. Entre estas innovaciones se dieron la creación de unos bonos de deuda que pudieran emitir las empresas que tuvieran muchos problemas pero que, bajo ciertos criterios  (emitidos estos criterios por unas empresas llamadas “Calificadoras de inversión”), pudieran ser todavía viables de financiar si es que tuvieran el capital necesario.

En estas condiciones, había un alto riesgo de no pago de parte de las empresas emisoras de este tipo de bonos, pero los intereses que pagaban sus bonos de deuda eran muy altos, lo suficientemente altos como para compensar el riesgo de los inversionistas. En otras palabras, era una inversión especulativa, de alto riesgo pero que, de ser exitosa, daría muy buenos rendimientos. A este tipo de inversiones, a esos bonos de deuda, se les llamó desde un principio ‘Bonos chatarra’ o ‘bonos basura’ (puede verse un análisis detallado de estas innovaciones y sus implicaciones internacionales, en nuestro artículo “El Sistema Financiero Internacional de 1982 a 2006. Adiós crisis financieras; bienvenidos los rescates”, publicado en el libro ‘Nuevos enfoques en el análisis de la economía mundial’, editado por la UAM Azcapotzalco).

Actualmente hay tres grandes empresas calificadoras, las cuales evalúan los bonos de deuda de las empresas y los países alrededor del mundo, en especial en América latina; y que los inversionistas siguen en sus recomendaciones: Moody’s, Standard and Poors (S&P) y Fitch. No hay que olvidar el papel de estas calificadoras durante la crisis de 2008, cuando al no haber emitido alertas sobre los distintos instrumentos financieros que contenían deudas subprime, permitieron este tipo de inversiones sin mencionar su alto grado especulativo, que a la postre, estuvo en el origen de dicha crisis.

Las recomendaciones de inversión de estas empresas y las calificaciones que asignan, en base a números, letras y signos, están en el siguiente cuadro.

Tenemos entonces que, para los inversionistas internacionales, un bono de deuda de una empresa, o de un país, debe de tener al menos el “Grado medio inferior”, para ser recomendable, lo que significa que se puede invertir en estas empresas o países con riesgo, como en toda inversión, pero sin ser un riesgo especulativo, de acuerdo a estas calificadoras.

Si no se obtiene al menos esta calificación, que se conoce como ‘grado de inversión’, se dice que los bonos de deuda son especulativos y ya se les clasifica como “bonos basura”.

En el caso de PEMEX, actualmente tiene una terrible calificación B1 en la escala de Moody’s, es decir altamente especulativo, lo que la coloca dentro de las peores inversiones de bonos chatarra. Y Fitch acaba de hacer lo mismo. El viernes 17 de julio calificó las emisiones de Pemex a ‘B+’ desde ‘BB-‘ (ver el cuadro). S&P la tiene todavía en BBB, pero no creemos que sea por mucho tiempo.

En otras palabras, Pemex es una pésima inversión para los inversionistas internacionales.

A los ojos de los inversionistas internacionales, lo que muestran las dos calificaciones muy negativas de Pemex, a la que no tardará en sumarse la otra, es que pone en evidencia, muy desfavorablemente, no solo el mal manejo de la empresa, sino todo el conjunto de la actual política económica energética del actual gobierno.

Las consecuencias de estas terribles degradaciones en la calificación de Pemex es que, al no ser recomendables para invertir, los inversionistas pedirán una mayor tasa de interés para las emisiones de deuda de Pemex, la cual, según algunos especialistas, ya ha tenido problemas para colocar sus bonos en los mercados internacionales de capitales. Estas altas tasas de interés a pagar (como ya lo está haciendo actualmente), presionan cada vez más las finanzas de la empresa, empeorando su desempeño.

No le quiero aburrir con una larga explicación acerca de cómo se otorgan estas calificaciones, pero permítame presentarle un resumen de lo que dice el boletín de la calificadora Fitch (en inglés en el original, la traducción es nuestra). Le comento antes que, desde 2020, cuando rebajó la calificación de Pemex a Bonos basura, creemos que una de las razones fue que, al evaluar la gestión de la empresa (encabezada por un profesionista sin experiencia en el ramo), muy probablemente esto influyó para que en sus perspectivas, contemplaran que la administración de la empresa enfrentaría problemas, como finalmente ocurrió.

El boletín señala que:

  • Las rebajas reflejan el débil desempeño operativo continuo de Pemex, o sea sus malos resultados financieros.
  • La calificación, señala Fitch, refleja la preocupación por la capacidad y la voluntad del gobierno mexicano para mejorar la posición de liquidez y la estructura de capital de la compañía en los próximos dos años de la empresa; y nos recuerda que Pemex enfrenta vencimientos de bonos de deuda internacional de USD 4.6 mil millones en 2023 y USD 10.9 mil millones en 2024. Sí: leyó usted bien las cifras.
  • Fitch cree que los múltiples incendios en activos e infraestructura críticos que resultaron en numerosas lesiones y muertes a sus empleados reflejan las preocupaciones relacionadas con la gestión de sus operaciones y / o la falta de gastos de capital de mantenimiento en sus activos e infraestructura principales.
  • Fitch estima que Pemex será una responsabilidad creciente para el gobierno. A diferencia de años anteriores, Fitch estima que el gobierno tendrá que gastar aproximadamente USD20 mil millones más de lo que recibe de la compañía en 2026 y 2027, para mantener a Pemex a flote (En otras palabras, se le está dejando un gravísimo problema al nuevo gobierno que tomará posesión en 2024, VIP).
  • Pemex ha experimentado múltiples incendios en sus instalaciones operativas e infraestructura que se espera que tengan impactos residuales en las comunidades locales y el medio ambiente.
  • Es de notar la fuerte preocupación de Fitch por los múltiples incendios que se han producido en 2023, y que han provocado numerosas lesiones y muertes de sus empleados. Fitch está preocupada por la administración de sus operaciones y la supervisión regulatoria para garantizar que Pemex y otros operadores en el país cumplan con los estándares de la industria relacionados con la seguridad y el bienestar de los empleados.

Anotamos finalmente que, por su parte, Moody’s estima que la ayuda financiera que ha dado la administración obradorista a la compañía equivale al 1% del PIB del país; si consideramos que, según el FMI, en 2022 el valor del PIB mexicano fue de 1,414.1 miles de millones de dólares, entonces se le han dado apoyos a Pemex por 14,141 millones de dólares ¿se imagina usted lo que pudo haberse hecho con todo ese dinero para el bienestar de la población en salud, educación, infraestructura de hospitales y escuelas, etcétera? Es más: conque solo el 10 por ciento de esa cantidad, o sea 1,414 millones de dólares se hubieran dedicado a construir escuelas y hospitales, no tuviéramos la escasez de medicinas que se experimenta actualmente ni los decesos en hospitales por falta de mantenimiento.

En conclusión: en los últimos 5 años Pemex, la evaluación de la deuda de la empresa, se ha hundido. Es muy difícil que la empresa se recupere después de lo hecho estos últimos años, según las perspectivas analizadas. Y no hay, a juzgar por las últimas calificaciones de sus bonos de deuda, una estrategia para salvar a la empresa, la cual será entonces un problema de miles de millones de dólares para la próxima administración.

Invertir en Pemex ya no es invertir en bonos de deuda: es invertir en bonos de muy alto riesgo: peor que bonos basura. Y el mercado lo va a cobrar. Lo que es de tomar en cuenta también es que la CFE se está acercando peligrosamente a este umbral.


[1] Profesor en el Departamento de Economía, UAM Azcapotzalco.