Por Vidal Ibarra Puig[1]
México ha sido noticia internacional una vez más: cada uno de los 1,241 días de esta administración han desaparecido 21 mujeres en promedio. El problema es tan grave, que la misma iglesia católica ha debido posicionarse al respecto y en su semanario Desde la Fe, señaló que “…El Estado tiene un alto grado de responsabilidad, pues ha fallado en materia de educación -que es la base para que un país cuente con una sana estructura social–, en garantizar la seguridad a sus ciudadanos y en asegurar la justicia a las víctimas…”.
Lo anterior es una más de las manifestaciones del enrarecimiento del ambiente social y económico del país: la falta de seguridad y la poca vigencia del estado de derecho.
Otro de los elementos que contribuyen a este deterioro del ambiente de negocios se encuentra en la crispación del discurso no solo presidencial, sino gubernamental en general, contra todo lo que sea oposición a su forma de pensar o a sus proyectos.
El hecho de exhibir las supuestas propiedades de un periodista es realmente algo inédito en nuestro país, algo que no se veía desde los tristes tiempos de cuando era presidente Luis Echeverría, quien terminó orquestando un golpe contra el periódico Excélsior, como manifestación suprema de la intolerancia y demostración del poder presidencial absolutista. Alguien debería de decirle al presidente que estas violaciones al estado de derecho, a la privacidad y el poner en riesgo las vidas de las personas y sus familias, enrarecen el entorno de negocios y frenan la inversión, y por ende la creación de empleos.
En este contexto: ¿cómo ha reaccionado la economía ante estas situaciones?
La inversión no da signos de recuperarse, y según los datos del INEGI, en febrero de 2022 y con cifras desestacionalizadas, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) no presentó variación a tasa mensual. En otras palabras, la economía está estancada.
Por su parte, este Instituto también nos dice que la información oportuna de comercio exterior de marzo de 2022, con cifras originales, muestra un superávit comercial de 199 millones de dólares, saldo que se compara con el déficit de 2,953 millones de dólares en igual mes de 2021. Sin embargo, en los primeros tres meses de 2022 la balanza comercial presentó un déficit de 4,795 millones de dólares.
En este contexto, los inversionistas internacionales siguen sacando su dinero del país: del 8 de febrero de 2019 al 18 de abril de 2022, han salido del país 655 miles de millones de pesos, o sea 32,751 millones de dólares si se considera un tipo de cambio de 20 pesos por dólar.
El futuro de país a corto plazo tiene nubarrones cada vez más grises. Y lo que nosotros habíamos pensado que podría ser el marco para una crisis de fin de sexenio, podría verse muy complicado si los Estados Unidos caen en recesión.
Ojalá, por el bien de toda la sociedad mexicana, que se atiendan los problemas de inseguridad, certidumbre a la inversión y plena vigencia del estado de derecho. No se puede responsabilizar por más tiempo a las administraciones anteriores de la situación actual. Ya es el cuarto año de gobierno y se siguen esperando buenas noticias en muchas áreas económicas, en especial el empleo, pues debemos recordar que, a raíz del mal manejo de la pandemia, se tienen ahora 9 millones más de mexicanos pobres, así como niveles récord de mano de obra en la informalidad, con la consecuente falta de captación de recursos económicos.
Urge tener políticas económicas de estado en varias áreas.
Cuide su salud, cuide su dinero. Use cubrebocas, por favor.
[1] Profesor en el Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco, [email protected] .