¿Y por qué no?, Empresas y Comercio, Opinión

¿Y por qué no?/¿Y cómo va el comercio exterior de México?/Vidal Ibarra Puig

Balanza por zonas

Por Vidal Ibarra Puig[1]

Una consulta en el sitio web del Banco de México, nos da la siguiente información acerca del saldo de las exportaciones e importaciones de mercancías del país, lo que se conoce como la balanza comercial:

Note, estimado lector, que el año pasado, 2021, finalizó con un déficit de casi 11,000 millones de dólares, mdd. Para dicho año, en el periodo de enero a abril, ya se había logrado un superávit, de 273 mdd, pero en el mismo periodo para este año de 2022, ya se viene arrastrando un déficit que amenaza con volverse histórico para fines de año: -6,772 mmd en el primer cuatrimestre (si suponemos que los otros cuatrimestres tendrán el mismo comportamiento, el déficit comercial de nuestro país rebasará los 20,000 mdd).

Si analizamos este cuadro por regiones, vemos que en lo que respecta a América, nuestro superávit se ha incrementado de 56,247 mdd a 66,739 mdd, o sea más de 10,000 mdd; con Europa el déficit se ha incrementado; pero el déficit con Asia se ha incrementado mucho más: en casi 15,000 mdd, al pasar de 46,784 mdd a 61,615 mdd en dicho periodo.

Y lo que es de sorprender es que nuestro comercio con el hermoso continente africano, se ha duplicado, al pasar de 206 mdd a 413 mdd.

Si analizamos el comercio exterior con el continente americano con más detalle, se tiene lo siguiente:

Si bien el superávit comercial con América del Norte, sobre todo con los EEUU, se ha incrementado, el superávit con Centroamérica ha experimentado un raquítico crecimiento (2 por ciento). Pero lo que es de llamar la atención, es que de tener un superávit con América del Sur por 299 mdd el año pasado en el periodo enero-abril, ahora se tiene un gran déficit de 1,293 mdd.

A su vez, como mencionamos, con Europa el déficit se sigue incrementando; pero veamos el caso de Asia, donde el déficit se ha incrementado en más del 30 por ciento.

Si analizamos el comercio exterior con algunos países asiáticos, la información que nos ofrece Banxico nos da lo siguiente:

En todos estos casos, salvo el de Japón, el déficit no solo persiste, sino que se ha incrementado: con la India en 216 por ciento, con Indonesia el 50 por ciento, con Taiwán el 38 por ciento y con China el 35 por ciento.

¿Por qué se dan estas cifras tan negativas en nuestro comercio exterior? ¿Qué se puede hacer para corregir esta situación y tener unas relaciones de ganar-ganar con el resto del mundo?

En primer lugar, es de destacar que no hay una política de comercio exterior. Si arrancamos desde el ¨Plan de Desarrollo” de la actual administración, no hay una mención clara ni un plan específico de acción para el comercio exterior. Lo anterior se confirma por el cierre de las oficinas de ProMéxico, que era el promotor de las exportaciones del país a través de ferias, exposiciones, estudios de mercado (y que antes se encontraba dentro de las funciones de Banco Nacional de Comercio Exterio, Bancomext, que la ignorancia de Fox lo llevó a proponer que se fusionara con Nacional Financiera, Nafin). ProMéxico se cerró con el pretexto de que eran lugares de trabajo para fifís y con corrupción (lo que nunca se ha demostrado). Banco Nacional de Comercio Exterior sigue en su malogrado proceso de fusión y, en lugar de darle el lugar que se merece dentro del comercio exterior, se sigue adelgazando a la Institución.

En otras palabras, estamos perdiendo mercados por falta de promoción y apoyos. Y no olvidemos que México exporta alrededor del 40 por ciento de su PIB.

Pero los incrementos en los déficits con los diversos países también nos revelan otra cosa: la pérdida de competitividad de la planta industrial mexicana: no hay apoyos para la renovación de la planta productiva, y no hay financiamiento para la importación de bienes de capital que tan necesarios son para el desarrollo del país. Vamos: ni siquiera hay un plan para sustituir importaciones, ya sean de bienes de consumo, consumo intermedio o de capital.

Ya sabemos que la economía no es el fuerte del actual presidente, y por lo mismo creemos que es necesario que se asesore con gente capaz en este sector: no puede el presidente estar contento de que el peso de revalúe, por ejemplo, si supiera que eso le resta competitividad a las exportaciones mexicanas y fomenta las importaciones baratas (las importaciones de bienes de consumo fueron del orden de 30,706 mdd en enero a mayo de este año), lo cual precisamente ocasiona los déficit mencionados.

Y para corregir esos déficits, la salida no es, desde nuestro punto de vista, hacer una alianza continental contra de China, por ejemplo, como lo promueve la presidencia.

El problema es de competitividad y productividad: sin una no hay la otra, pero la actual administración no tiene medidas concretas de mejora en estos rubros. Por ejemplo, reincide en su política de que no habrá niños reprobados en las escuelas, sobre todo en la educación primaria ¿y podrán acceder a la educación secundaria estos infantes? ¿dónde va a trabajar estos niños en el futuro, si no están calificados? Y todo esto redunda en la baja competitividad del país, pues no se tiene personal calificado.

La otra idea que ha expresado el presidente de crear una gran zona de libre comercio en América latina y el Caribe tampoco es ninguna novedad: si tuviera un buen asesor en política comercial, le hubiera ya dicho que esta idea viene desde 1960 con la ALALC: de hecho, el Tratado de Montevideo de 1980, que creó a la ALADI, sustituyó al tratado suscrito el 18 de febrero de 1960 por el cual se había creado la ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio).

Y debe de recordar que, en el presente siglo, el Mercosur se opuso al área de libre comercio de toda América, mientras los EEUU no eliminaran los subsidios al sector agropecuario, cosa que no han hecho (ni harán, al menos en el mediano plazo)

En base en estas consideraciones, no hay que quebrarse la cabeza para generar un plan que gire en torno a tres líneas básicas: competitividad, productividad y búsqueda de mercados.

Estos tres puntos podrían ser la base de una política de comercio exterior exitosa.

Lástima que en el gobierno no haya un buen economista que les pueda decir esto.

Cuide su salud, cuide su dinero, pues los signos de una probable recesión en EEUU (y en consecuencia una caída de las exportaciones mexicanas), por momentos se incrementan.

Usen cubrebocas, por favor.


[1] Profesor en el Departamento de Economía, UAM Azcapotzalco, viip@azc.uam.mx