Por Vidal Ibarra Puig[1]
A raíz de la invasión a Ucrania, prácticamente todo el mundo occidental, liderado por EEUU, ha condenado a Rusia y se han aplicado medidas económicas sin precedente contra dicha nación y sus dirigentes, o de quienes se sospecha apoyan a Putin. La situación ha llegado a tal extremo que Suiza ha congelado fondos rusos, lo que nunca antes había sucedido, ni con los nazis. Varios países se han adueñado de yates de rusos que sospechan apoyan a Putin, violando el derecho internacional. Y se han establecido duras sanciones económicas contra ese país.
Lo anterior está obligando a Rusia a buscar nuevos aliados. Y uno de ellos puede ser China.
Los EEUU han advertido de manera muy enfática a China acerca de que un probable apoyo económico a Rusia, pudiera tener consecuencias muy graves para el gigante asiático. Pero la China de hoy no es la China de hace 40 años, cuando se le podía presionar fácilmente, y ella resistía en base a que tenía armas nucleares y un gran ejército.
No es la misma China.
Ahora es la segunda potencia mundial (incluso la primera según algunos analistas) y tiene un gran desarrollo tecnológico. Su armamento no es solo nuclear, sino que desde hace años se ha venido modernizando e incorpora misiles y aviones de última generación comparables, algunos dicen que muy ventajosamente, con los de los EEUU.
La economía china, por su parte, está muy diversificada. Adicionalmente, es el primer país exportador del mundo, con 2’590,221 millones de dólares en 2020; y el segundo importador del planeta, con 2’057,217 millones de dólares en el mismo año. EEUU es el primer destino de sus exportaciones, con el 17.5 por ciento de las mismas, y la Unión Europea es el segundo, con 15.1 por ciento. Por orígenes de sus importaciones, la UE es el más importante, con el 12.6 por ciento, mientras que los EEUU son el quinto, con el 6.6 por ciento.
En el caso de EEUU, China es su tercer destino de exportación, con el 8.7 por ciento de sus ventas hacia ese país, mientras que es su primer proveedor, con el 19 por ciento de sus compras a dicha nación.
En caso de que se tomaran represalias también contra China, hay el riesgo de que los EEUU y la Unión Europea se den, por decirlo coloquialmente, un balazo en el pie. Y las consecuencias para el comercio internacional serían, como vemos de estos datos, un total desorden que afectaría a todos los mercados, y a todos los países.
Por su parte, un acuerdo económico de largo plazo entre Rusia y China sería un gran alivio para la economía rusa, y a los chinos les garantizaría el acceso a minerales, granos y energía (petróleo y gas) que ahora se dirigen hacia Europa. Una alianza económica China-Rusia sería muy preocupante para Occidente como bloque económico: un enorme mercado con muchos recursos a su disposición.
La economía estadounidense no atraviesa por su mejor momento, con alta inflación, alzas en las tasas de interés y escasez de mano de obra, interrupción de las cadenas de suministros y el precio de la gasolina en niveles no vistos desde hace diez años. Y el consumidor estadounidense es el que vota.
En esta situación, la guerra y las sanciones tienen un límite, al menos por el lado económico.
El alza de precios de las materias primas a raíz del conflicto, ha puesto en la mesa la discusión no de quien va a ganar la guerra, sino quien aguantará más este reto de vencidas.
Una alianza Rusia-China sería benéfica para esos dos países. Si se hicieran efectivas también sanciones contra China ¿soportará occidente perder, en el caso de EEUU, el 9 por ciento de sus ventas, pero al mismo tiempo dejar de recibir el 19 por ciento de los bienes que importa? ¿está dispuesta la UE a perder no solo el mercado ruso, sino también el chino? En 2020, China pasó a ocupar el lugar de los Estados Unidos como principal socio comercial de la Unión en materia de bienes, con una cuota global del 16,1 %, frente al 15,2 % de los Estados Unidos.
Es una apuesta complicada querer sancionar también a China. Dudamos mucho que estén dispuestos a hacerlo.
Cuiden su salud, cuiden su dinero.
PD Ucrania está sola, a pesar del apoyo de armamento, logística y de inteligencia que se le provee acerca de las posiciones del enemigo. Los muertos son niños ucranianos; y mujeres y hombres ucranianos.
[1] Doctor en relaciones económicas internacionales por Sciences Po, París. Profesor en el Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco, [email protected]