Por Vidal Ibarra Puig***
Nos informa el INEGI que en el segundo semestre de este 2021, el Producto Interno Bruto aumentó 1.5 por ciento y las Importaciones de Bienes y Servicios 0.2 por ciento frente al trimestre anterior, como se parecía en las siguientes gráficas.
Veamos. Si bien el dato de crecimiento del PIB es interesante, es un poco preocupante el bajo crecimiento de las importaciones, pues debemos de recordar que entre ellas se incluyen las compras al exterior de bienes de capital y de bienes intermedios, o sea insumos para producir. Y si estas importaciones son bajas, quiere decir que no se está invirtiendo en nuevas tecnologías y que la producción no aumenta como debiera, por la falta de insumos.
Por lo demás, también nos ayuda a explicarnos por qué las reservas del país aumentan tanto, pues al haber muchos dólares en el mercado (ya que los importadores no los utilizan) están más baratos y el Banco de México puede comprarlos a un mejor precio (lo cual además es una de sus obligaciones de acuerdo a la ley, no porque así lo quiera la actual administración).
Otros datos interesantes que nos da el INEGI es que las Exportaciones de Bienes y Servicios avanzaron 2.9 por ciento, el Consumo de Gobierno 2.6 por ciento, el Consumo Privado 1.9 por ciento y la Formación Bruta de Capital Fijo 0.5 por ciento, con series desestacionalizadas. Analicemos estos datos.
En primer lugar, es preocupante que, no obstante que la economía de Estados Unidos lleve un relativo buen ritmo, las exportaciones mexicanas no aumenten significativamente (recordemos que los EEUU son el 80 por ciento del destino de nuestras ventas externas); en otras palabras, no se está aprovechando el crecimiento de nuestro vecino ¿qué estamos haciendo mal? Pueden ser varias causas: falta de promoción, que otros países estén aprovechando el crecimiento de EEUU (como China y otros países de América Latina). Pero definitivamente estamos dejando ir una buena oportunidad, que ojalá no se traduzca en una pérdida de mercado que después será muy difícil recuperar.
El que el Consumo de Gobierno haya aumentado 2.6 por ciento con respecto al trimestre previo, podría ser en principio una buena noticia, pues querría decir que, por fin, el gobierno ha decidido dejar de lado la ideología neoliberal y está actuando dando un impulso a la economía. Este optimismo, sin embargo, no debe de ser excesivo, sobre todo considerando que desde 2019 y todo 2020, así como el primer trimestre de este año, el gasto de gobierno estuvo muy controlado, con aumentos mínimos, por lo que cualquier aumento en el mismo parece espectacular, lo cual no es el caso.
Nos mencionó el INEGI también que, con respecto al primer trimestre de 2021, el Consumo Privado aumentó 1.9 por ciento, lo cual es una señal en principio positiva; pero no olvidemos que este aumento en el consumo se está dando junto con un aumento de la inflación: de hecho los Criterios Generales de Política Económica para 2022 señalan que este año la inflación será de 5.7 por ciento, muy por arriba de lo estimado inicialmente de 3.5 por ciento, lo que llevará a que muchos ahorradores tendrán pérdidas en su patrimonio (véase nuestra nota de la semana pasada).
Finalmente, un dato que es muy preocupante es que la Formación Bruta de Capital Fijo aumentó solo 0.5 por ciento; esto es muy delicado pues quiere decir por un lado que la creación de empleos formales en México es muy lenta, demasiado lenta tal vez; y por otro lado, que nos estamos retrasando tecnológicamente como sociedad, por lo cual estamos perdiendo competitividad y la productividad de las empresas irá a la baja.
Resumiendo, estimado lector, lectora: ¿la economía mexicana se está recuperando? Sí, pero con muchas interrogantes que hacen pensar que los problemas no han desaparecido. Para nada. Debemos estar atentos a estos y otros indicadores.
Y recuerde: cuide su salud, cuide su dinero. México necesita de ambos.