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México: retroceso en exportación, IED e inteligencia/Arnulfo R. Gómez

México Variables

Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)

Ellos se ríen de mi porque soy diferente

Yo me río de ellos porque todos son igualitos

Anónimo

De acuerdo con las cifras publicadas por el Trade Map del International Trade Centre, durante el año 2021, la exportación mundial registró un crecimiento de 22.35% para totalizar 21,513,116 millones US

Dentro del universo de los 30 principales países exportadores, en primera posición figura China con un total de 3,026,234 millones, en segundo lugar, Estados Unidos, seguido de Alemania, Japón, Países Bajos … y, en duodécimo lugar, México con 494,596 millones US. El país que registró la tasa más alta de crecimiento en este año fue Arabia Saudita con 54.21%, seguido de Rusia con 48.40%, Vietnam 43.91%, India 42.93% … y México, en vigésimo lugar con 18.42%.

Hablando de la historia del proceso de globalización se puede ver que, durante el periodo 1993/2021, se presentan dos etapas muy bien definidas para el comercio exterior mexicano pues, de 1993 al año 2000, la exportación mexicana registró un enorme dinamismo y alcanzó la segunda tasa de crecimiento mundial más alta con 221%, sólo superado por Vietnam con 385% y, en tercer lugar, China con 172%.

El segundo periodo comprende del año 2000 al 2021 en que, en el primer lugar, permanece Vietnam con una tasa de 2,709%, seguido de China con 1,114%, Polonia 901%, India 832%, Turquía 711% … y, en 19º lugar, México con 197%.

Comentarios

La enorme diferencia que se presenta para México, en la tasa de crecimiento de la economía y la exportación en ambos periodos, fue originada por el marco sistémico con el que ha trabajado la planta productiva nacional pues, a finales de los años 80’s y principios de los 90’s, se realizó una serie de reformas estructurales que incluyeron sectores clave de la economía y que favorecieron su desarrollo.

En el ámbito interno podemos contar reformas al autotransporte federal de carga, de turismo y de pasajeros en el periodo 1989-1993; las patentes y marcas en 1991; las reformas al artículo 27 constitucional en materia de propiedad de la tierra en 1992; las relativas a la cogeneración y autoabastecimiento de energía eléctrica de 1992 y 1993; la inversión extranjera entre 1989 y 1996; la de medicamentos genéricos 1997-1999 y la eliminación del control de precios entre 1992 y 1999.

En el ámbito externo, hay que señalar al proceso de apertura comercial que se inició con el acceso de México al GATT en 1986; a la APEC, en 1993, y a la OCDE en 1994, tratando de  generar un proceso de internacionalización de la industria mexicana y buscando su adecuada inserción en el proceso globalizador mediante el uso de tecnologías adecuadas, el adiestramiento de la mano de obra y el cumplimiento de estándares y especificaciones a nivel internacional, incluyendo normas relativas al medio ambiente.

También podemos incluir en este proceso, el acceso preferencial al mercado de importación más grande del mundo, el TLCAN, y la terrible devaluación -llamada el “error de diciembre”- a fines de 1994 que, aunque generó el empobrecimiento de la mayor parte de la población de nuestro país, contribuyó a darnos una temporal competitividad en los mercados externos.

A través de las reformas mencionadas, México logró enormes progresos y, en 1999, alcanzó el máximo nivel de competitividad situándose en el 34º a escala mundial; para el 2000, nuevamente alcanzó el 8º escalón como potencia económica y el dinamismo de sus exportaciones lo ubicaron en el 2º nivel con una tasa de crecimiento de 221% para el periodo 1993/2000, sólo superada por Vietnam con 385%.

Desgraciadamente, los beneficios generados por las reformas señaladas se fueron diluyendo pues, a partir de 1994, prácticamente, no hubo avance alguno por la ausencia de políticas públicas al respecto y, el declive de México en materia de competitividad se inició debido al grave deterioro del marco sistémico, mismo que se ha reflejado en la caída de las principales variables económicas del país, según se puede ver en el siguiente cuadro comparativo.

Especial hincapié hay que hacer a la caída de México como potencia económica mundial en el periodo 2000/2021, al pasar de la 8ª a la 16ª posición; así como en el PIB Per Cápita en donde descendió del 41º al 76º lugar; y su caída en el valor agregado nacional en la exportación en donde descendió del 45% al 40%, situación que determinó que cayera del 18º lugar al 29º noveno como país exportador teniendo como base al VAN.

El Foro Económico Mundial (WEF), hace especial referencia a los factores que resultan más negativos para el desarrollo de la competitividad en este segundo periodo, y destaca la pésima calidad de las instituciones públicas y sus funcionarios que, por sus limitaciones, han sido incapaces de diseñar una estrategia con programas, proyectos y políticas públicas realistas que generen beneficios para el desarrollo de la economía mexicana y sus diversos agregados, especialmente, en materia de exportación y la captación de mayores flujos de IED.

Los factores inherentes a las deficiencias de las instituciones y de sus funcionarios hicieron que, a partir del año 2000, el dinamismo de nuestras exportaciones se perdiera y, entre los factores negativos que propiciaron esta caída también debo señalar, en primer lugar, la pérdida de competitividad por un marco sistémico deplorable y la carencia de políticas públicas al respecto; así como por la ausencia de una política de fomento industrial.

También hay que señalar la carencia de un política realista de comercio exterior; la ausencia de una estrategia de promoción de las exportaciones con programas, proyectos y políticas públicas realistas, lo que motivó la desaparición de más de 2,500 empresas exportadoras, entre ellas, 900 maquiladoras; el ocultamiento de la información estadística sobre el comercio exterior y sus diversos agregados que ha realizado la SE; la reducida y decreciente variedad en la producción y exportación de bienes; el reducido y decreciente valor agregado nacional en los bienes producidos, orientados al consumo nacional y al mercado internacional, lo que se traduce en decreciente generación de riqueza en nuestro territorio; y la decreciente participación en la captación de flujos de inversión extranjera directa a nivel mundial aunque, oficialmente, todos los días nos hablan de rompimiento de récords en la captación en este sector.

Así mismo, la destrucción de la estructura de promoción de las exportaciones y de la IED, lo que ha generado un importante incremento en la simulación e improvisación en las actividades relacionadas con estos sectores; la firma compulsiva de TLC’s con otros 52 países, sin antes consolidar nuestra presencia en el mercado del TLCAN con programas específicos e idóneos que permitieran capitalizar las supuestas ventajas negociadas con Canadá y EEUU; y una apertura comercial incongruente, basada en una desgravación arancelaria unilateral, como ningún otro país la ha realizado, misma que ha debilitado a la planta productiva nacional al generarle una competencia desleal, enfrentándola con países con un marco sistémico mucho más competitivo.

Al igual que muchos otros países, México decidió utilizar al comercio exterior como palanca del desarrollo y, pensando en ese objetivo, desgraciadamente definieron como base de su “estrategia”, la firma de numerosos Tratados de Libre Comercio que, hasta la fecha, ha abarcado a un total de 54 países; sin embargo, los resultados no han sido satisfactorios pues, con un total de 39 de ellos, registramos un déficit, mismo que en el periodo 1993/2021, acumuló un total de -2,551,512 millones equivalente a más del 200% del PIB Total de México del año 2020. Anexo 1.

Apuntes finales

La firma del TLCAN era lógica y necesaria pues, era la formalización de un proceso de producción productivo transfronterizo regional que se había construido a partir de los años 60s, mismo que serviría de base para lograr una verdadera integración comercial y productiva con dos países en donde algunos procesos productivos ya no eran costeables, especialmente en el sector manufacturero, lo que debería haber sido aprovechado por nuestro país para atraerlos y realizarlos en nuestro territorio.

Desgraciadamente, no hubo inteligencia, ni definición de una estrategia con ese objetivo y, por el contrario, se dispersaron los esfuerzos y atomizaron nuestras fortalezas en aras de una diversificación geográfica muy mal dirigida, firmando TLC’s al por mayor, en lugar de buscar una integración comercial y productiva regional con los dos países que representan el mercado más grande del mundo, el más cercano, el mayor importador mundial, con elevado nivel de consumo y con los que somos muy complementarios.

El análisis comparativo de los dos periodos del desarrollo de nuestra exportación hace evidente la ausencia de una lógica en la estrategia utilizada hasta la fecha, meramente con base en la firma de TLC’s y, aún peor, ahora, nuestros altísimos funcionaros proponen la firma adicional de acuerdos con Brasil, Corea, Ecuador y el Reino Unido, países sobre los cuales he realizado análisis detallados que muestran los inconvenientes al respecto

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A manera de resumen, me permito repetir los últimos tres párrafos del análisis que recientemente realice sobre el comercio de México con Brasil señalando que lo único que se puede decir es … la economía de México y su comercio exterior como palanca del desarrollo, en los 29 años más recientes han sido “dirigidos” con enorme torpeza y, como consecuencia, estamos viviendo un marasmo que empeorará si no se hace a un lado al dogmatismo, la improvisación y la simulación que ha caracterizado a esta actividad en dicho periodo.

La propuesta del Presidente Joe Biden para la creación de una Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas, es una oportunidad adicional que debe ser aprovechada por México para lograr su desarrollo y contribuir adecuadamente a la generación de riqueza en la región.

México debe asumir el carácter de socio estratégico que Canadá y EEUU le confirieron desde la firma del TLCAN, por la amplia experiencia y habilidad que había logrado en la manufactura a través de la maquila, pero, que miserablemente se ha desperdiciado por la falta de una estrategia realista.

Reitero que, las facilidades establecidas para la integración comercial y productiva de México con Canadá y EEUU, en el marco del TLCAN nos pusieron en una zona de confort, pero, fue miserablemente desperdiciada de tal manera que no se cumplieron los primeros 4 objetivos de dicho acuerdo que, tenían como fin último, generar mayor número de empleos y más riqueza en nuestro territorio, así como disminuir la emigración y, ahora con el T-MEC, en que las condiciones no son tan favorables, nuestros funcionarios deberán realizar un mucho mayor esfuerzo para, inteligentemente, lograrlos.

Aprovecho la ocasión para agradecer a mi amiga, Ing. Telma Bernárdez, su enorme apoyo para la elaboración de este estudio, con la extraordinaria información estadística que me proporcionó teniendo como fuente a diversos organismos internacionales, ante la obtusa restricción que las “autoridades mexicanas”, en este caso la Secretaría Economía, ha impuesto para no dar a conocer detalles del comercio exterior mexicano, una medida verdaderamente incomprensible que no tiene parangón en algún otro país del mundo y que, en su cuadrito, nos dice:

Al parecer, los altos funcionarios de la SE no saben que la información estadística es fundamental, no sólo para los estudiosos del comercio exterior sino, para cualquier persona, estudiante, catedrático, empresario, cámara o asociación que quisiera saber algo de México o iniciar una labor de inteligencia comercial a fin de conocer la estructura de la exportación y la importación mexicana, así como sus fortalezas y sus debilidades para definir una estrategia para el mercado interno y el de exportación; en esencia, es una información de dominio público que, por lo menos, a partir de 1992 se publicaba cada mes, pero, no sólo incluía la estadísticas del comercio exterior total, sino que se desglosaba por el uso y destino de las mercancías presentándolas como operaciones Definitivas, Maquila y PITEX.

A partir de 2006, con motivo del Decreto IMMEX, la información dejó de presentarse desglosada y, posteriormente, el Secretario de Economía señaló que ya no se presentaba dicha separación pues, ya todos los productos eran mexicanos dejando atrás el problema del porcentaje de valor de contenido nacional.

Conviene señalar que, de acuerdo con el INEGI, esa información tampoco la puede proporcionar debido a que ellos sólo utilizan, procesan y publican la información que los diversos organismos le proporcionan de acuerdo con su especialidad y, consecuentemente, no la tienen en materia de comercio exterior porque la SE no se la entrega; es decir, en nuestro país todos se echan la bolita tratando de evadir responsabilidades y ocultar su ineptitud; en este caso, parece que se trata de ocultar eldevenir de nuestro comercio exterior” que, como he mostrado en este documento, va de mal en peor pues, si en algún momento se podía decir que Mexico era exportador con algo de valor agregado mexicano, posteriormente, dejó esa categoría para pasar a ser maquilador, ahora ya ni eso, en la actualidad es un país mayormente ensamblador bajo un esquema simplista y dañino basado en creciente importación de insumos, para reexportar con decreciente valor agregado.

arnulforgomez@outlook.com